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Boy Harsher presentó ‘The Runner’ en Foro Lenin

Boy Harsher presentó ‘The Runner’ en Foro Lenin

Jae Matthews y Augustus Muller debutaron en la pantalla grande con una premiere mundial que llegó hasta CDMX.

Sobra recordar el amor del público mexicano a Boy Harsher, a su música, su imagen y todo lo que representa. Desde que “Pain” explotó las reproducciones de YouTube sabíamos que esta canción pintaba para convertirse en un clásico de culto, un tesoro para los entendidos de la subcultura goth y hasta para los no tan enterados, quienes tampoco la bailan tan mal. Quizá por eso medio centenar de personas nos reunimos en el corazón de la colonia Roma la noche del 14 de enero para presenciar un evento que no solo pintaba para ser irrepetible, sino también lleno de una alta carga simbólica: el debut del dueto estadounidense en el cine con el estreno mundial de The Runner, su primer cortometraje. Así, tras décadas de musicales empalagosos, el darkwave y la música oscura anunciaban su entrada triunfal a la pantalla grande.

The Runner, dirigido, musicalizado y actuado por Jae Matthews y Augustus Muller de Boy Harsher, escogió al Foro Lenin de la Ciudad de México para su llegada a nuestro país. Las expectativas bajo las paredes del lugar no eran la de un concierto, pero casi; ahí estaban las luces rojas, la cuenta regresiva, los outfits elaborados, la venta de merch y las discusiones acaloradas sobre los adelantos musicales del dueto. La realidad es que Boy Harsher se ha convertido en uno de esos proyectos que no necesitan más presentación, pues llenan cualquier recinto donde apenas estampan sus iniciales, trátese de un showcase, un DJ set o, en este caso, una forma renovada de pre-escucha de un álbum, que al mismo tiempo prometía ser un homenaje al cine de horror y una exploración audiovisual del miedo y el valor de shock.

Boy Harsher (01)

La realidad, iniciado el filme, resultó ser un poco distinta. La historia de The Runner es que no hay historia, y su recursos cinematográficos se alejan del terror para disolverse en una mezcla posmoderna de avant-garde, concert-film y falso documental. Kris Esfandiari de King Woman interpreta a una mujer —“un monstruo, un ser de pura maldad”, aclara Jae— que recorre los pequeños pueblos de su alrededor en busca de nuevas víctimas para satisfacer su sed de sangre. Mientras tanto, una banda local estadounidense llamada Boy Harsher graba una sesión en su cochera a la vez que discute las virtudes de crear música electrónica en el siglo XXI, así como el significado de un cortometraje en proceso de filmación titulado The Runner.

La televisión juega un rol fundamental en The Runner, como el único elemento conector entre todos los personajes y tramas de la historia. Con ese pretexto, el filme disuelve las barreras entre la puesta en escena del guion y la presentación de videos musicales junto a sesiones en vivo. Dependiendo de cómo se mire, The Runner da la impresión de ser una forma expandida de promocional televisivo, una ilusión del regreso a los escenarios del dueto o una re-imaginación del cine musical —mejor dicho: del cine de horror musical, desde donde lo dejó en los 70 la cinta Phantom of the Paradise (dir. Brian de Palma, 1974)—. La influencia de cineastas como Cronenberg, en efecto, es evidente en el desarrollo de la trama y en los efectos prácticos, pero The Runner recuerda más bien a la obra del director Quentin Dupieux (Mr. Oizo), quien anteriormente ya había popularizado la ruptura de los límites entre el terror, la comedia, la música y el falso documental en filmes como la controvertida e infame Rubber (2010).

Con apenas media hora de duración, el estreno de The Runner se sintió como el ensayo para un evento más grande. Aunque, eso sí, nadie discute la capacidad de convocatoria que el nombre de Boy Harsher logra en los centros de la subcultura goth en México y, seguramente, en muchas otras partes del mundo. ¿Quién sabe? Tal vez estuvimos frente a los primeros pasos de dos de los grandes cineastas del futuro. Y, sea como sea, The Runner es el filme que necesitábamos ver en esta época tan convulsa —el inicio del tercer año pandémico, ¡válgame…!—, pues refleja nuestros miedos colectivos y nuestra tendencia a escondernos de ellos, pero también  el amor que le falta al mundo para aceptar el desasosiego como parte ineludible de la vida. ¿Un cortometraje? ¿Un comercial largo? ¿Un tráiler extendido? Salimos del Foro Lenin con un montón de preguntas en el aire, pero, entre ellas, la más importante fue: ¿Y tú? ¿Por qué corres? ¿De qué estás huyendo? ¿Has tenido el valor para mirarlo de frente?