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L'impératrice en el Auditorio BlackBerry

L'impératrice en el Auditorio BlackBerry

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Auditorio Blackberry

Artista(s)

L'impératrice: La música como idioma universal.

Lo fundamental de tener una banda, es demostrar tu pasión hacia la música que haces. Cuando esto sucede, es imposible que fracases en tu objetivo: conectar con el público.

Esto fue lo que sucedió este viernes 26 de abril en el concierto de L'impératrice.

Las luces, la propuesta y el ritmo de esta banda de pop-funk francesa, nos dejó sin palabras y sin piernas. A través de cada una de sus notas, provocaron que se moviera cada hueso de nuestro cuerpo. Removió los cimientos del Auditorio BlackBerry.

Los músicos franceses, vienen realizando una serie de conciertos presentando su primer álbum titulado Matahari. Esta banda se formó en el año 2012 en París.

Su alineación original fue Charles de Boisseguin el fundador (teclados), Hagni Gwon (teclados y sintetizadores), David Gaugué (guitarra y bajo), Achille Trocellier (guitarra eléctrica), Tom Daveau (batería). En 2015 se integró al grupo Flore Benguigui con su magnifica voz, la cual nos guió durante toda la noche.

Empezaron su show con un agradecimiento y una muestra de emoción por estar en nuestro país. Como siempre el público mexicano con su gran pasión y un poco de locura, dejó a L'impératrice en shock. Gritos y una tremenda aclamación fue lo que recibió. Gracias a esta respuesta, la banda dio el mejor show que pudo. Y créanme que si fue el mejor.

Al pensar en el nombre de esta reseña, me di cuenta que la música no tiene barreras y por eso decidí titularlo de esta manera.

El día de ayer lo presencié. Vimos a una banda que la mayoría de sus canciones están francés. Y sin importarnos en lo más mínimo (si estábamos diciendo bien las letras o no), todo ese evento musical nos movió y fuimos parte de algo muy grande.

Es impresionante cómo podíamos sentir cada palabra, cada vibración. Crearon un ambiente excepcional. En un principio un poco tranquilo, pero al final todas estas vibraciones explotaron, y se notaba en el público entre brincos, baile y aplausos.

En el momento que empezaron las primeras tres notas de “Agitations Tropicales” todos perdimos el control. Desde el manejo del bajo, hasta esa voz que incluso suena poética, llegamos al clímax del concierto.

Un momento en el que todos cantamos a coro y bailamos con más emoción que en toda la noche. Como sabíamos que venía el final, decidimos disfrutarlo más que nunca.

Un detalle que me gustaría subrayar, es cómo cada uno de los instrumentos de la banda tenía su espacio para brillar. A pesar de ser seis personajes en escena, cada uno logra destacar a su manera. Y es aquí donde nos damos cuenta que cuando una banda tiene química entre sus integrantes, se ve en el escenario. Todos notamos que es el tipo de grupo que comenzó como un proyecto entre amigos en un garaje o lo que sea y hoy recorren el mundo haciendo lo que más les gusta.

Ellos tenían su propia fiesta y nosotros fuimos parte de ella.

Lo hicieron tan bien, que estoy segura que el día de hoy, más de la mitad de las personas que asistieron ayer al concierto, tienen dolor de pies. No pudimos parar de bailar en ningún segundo y eso hizo de este show algo grandioso. Uno de esos que no podremos olvidar jamas.