Por segunda ocasión en el año, llegó de manera triunfal al escenario del Auditorio Nacional la música de Koji Kondo, legendario compositor de videojuegos y responsable de grandes clásicos como el tema de Super Mario, Starfox y, por supuesto, The Legend of Zelda.

Symphony of the Goddesses recrea los temas principales o parte de entregas del título como A Link to the Past, Link's Awakening, The Wind Waker y Ocarina Of Time de la mano de Chad Seitter y Susie Benchasil, esta última la directora invitada para liderar a la Orquesta de las Américas.

Bajo la premisa Second Quest, para aquellos que han jugando y, con paciencia y serenidad, acabado alguna de las distintas ediciones de The Legend of Zelda, sabrá que Second Quest es una versión del juego que duplica la dificultad una vez dominado en el modo de historia, presentando una nueva faceta. En este caso, la "Segunda Misión" de La Leyenda de Zelda, Sinfonía de las Diosas fue una versión revisitada y extendida del primer concierto para aquellos acólitos del videojuego.

Una horda de devotos en todos tamaños y edades disfrutaron durante más de hora y media de una sinfonía completa producida por Jason Michael Paul y Jeron Moore, este último fungiendo como maestro de ceremonias, dando breves y  humorísticas introducciones a los movimientos del concierto frente a aquellos que no solo traían en sus bolsillos distintas consolas de videojuegos sino escudos Hylan, gorros Ezlo y máscaras de Majora ¡Oh, la convención de Nintendo que se había convertido el foro!

Mientras se proyectaban imágenes de los distintos Cinema Displays de Spirit Track's, The Twilight Princess, Majora's Mask y The Skyward Sword (revelando para aquellos que no habían cursado alguno de los títulos la historia con todo y final incluido), la Orquesta de las Américas deleitó a un público que aplaudía, gritaba y hasta se conmovía con las melodías que giraban alrededor de Link, Zelda y Ganon, quienes, más que protagonistas de la saga, eran parte importante de la vida de los presentes, que con retumbantes aplausos vencieron a toda la orquesta.

A pesar de las ofertas de entretenimiento que inundaron la ciudad el domingo, desde fútbol hasta el desfile navideño de una reconocida marca de bebidas, los fieles fans de Los Bunkers se dieron cita en las instalaciones del imponente Teatro de la Ciudad para el cierre de la gira correspondiente al álbum La Velocidad de la Luz, con la que visitaron diferentes puntos de la República Mexicana y parte de Latinoamérica.

Tras escuchar la tercer llamada, las luces del recinto se  apagaron para recibir uno a uno al quinteto de Concepción, Chile; los cuales, sin dirigir una palabra, dieron inicio a esta gran noche con "Sábado", arrancando los primeros gritos, e inmediatamente se escucharon "Miéntele" y "No Me Hables De Sufrir" entre luces de colores.

Francisco Durán fue el primero en hablar y con un "Buenas noches México, gracias por venir a este concierto de fin de año", prometió un con temas de todas sus producciones, hecho que desató la alegría de los presentes, conocedores de la gran trayectoria musical de esta agrupación.

"No!", "El Día En Que Dejaste De Fingir", "Si Estás Pensando Mal De Mi", "Bailando Solo" y "La Velocidad De La Luz", fueron parte de los temas que se escucharon de su nuevo álbum, los cuales fueron recibidos con una gran ovación, momento en el que la banda aprovechó para rendir un pequeño homenaje a John Lennon con "Watching the Wheels".

Luego de amenazar con dar por terminada la velada, mientras Mauricio Basualto regalaba sus baquetas a un pequeño niño que estaba en primera fila, la iluminación volvió a apagarse. Los coros de "¡Bunkers, Bunkers!" no se hicieron esperar, al igual que los piropos hacia Álvaro que durante toda la noche no paró de bailar.

Tras un pequeño encore, aún quedaban energías para unas canciones más, y luego de agradecer el cariño brindado, se despidieron con "Última canción", "Deudas", "Quien Fuera" y la clásica "Ven aquí".

Con este evento, Los Bunkers cierran un gran año para su carrera: nuevo disco, nominación al Grammy y miles de personas satisfechas con su música.