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Manel o el encanto de los catalanes más universales

Manel o el encanto de los catalanes más universales
Manel o el encanto de los catalanes más universales

Artista(s)

25/Abr/2013

Manel

Atletes, baixin de l’escenari 

Warner

2013

Cataluña es un territorio con una fortaleza cultural inapelable, y no sólo por su espíritu libre y civilizado. Allí está localizada la industria del libro, por citar un ejemplo, y es la residencia de escritores tan tremendos como Kiko Amat, Enrique Vila Matas, Pere Gimferrer y Quim Monzó, entre muchos otros. Además, es núcleo musical importante, no en vano es la sede del Primavera Sound y de dos de las salas europeas más importantes para conciertos: el Apolo y el conjunto Razzmatazz.

Es una tierra impulsora de la practica ciclista y con un cúmulo arquitectónico que no sólo tiene un pasado grandioso sino que se proyecta al futuro. Los catalanes buscan vivir bien, gozar de aires de libertad y para ello usan a pleno la cultura. También han apelado a su lengua para consolidar la identidad, algo que en la música es un hándicap pues ni el español la lleva bien ante el imperio del inglés.

Por ello no es un asunto menor que Manel haya conseguido situarse en el primer lugar de ventas discográficas en España con su anterior disco. Pasaron 2 décadas para que el canto catalán volviera a encabezar las listas; algo que no ocurría desde Joan Manuel Serrat. 10 Milles per veure una bona armadura (2011) marcó un hito en la historia reciente del pop ibérico. Por ello no resultaba sencillo trazar la llegada de su sucesor. La gente se acostumbró a amar ese sonido mediterráneo, la presencia de instrumentos como el Ukelele o el apoyo de una sección de vientos. Manel siempre han sido ambiciosos en cuanto a sus arreglos.

Guillem Gisbert, Roger Padilla, Marc Maymó y Arnau Vallvé se plantearon simplificar la estructura instrumental, recurrir a un sonido más simple y directo, y aferrarse a lo que mejor saben hacer: canciones.

Atletes, baixin de l’escenari confirma que lo importante son los músicos que pueden electrificarse más,hacer rock o folk acústico y siguen siendo ellos mismos. No pasemos de largo acerca del hecho que logran una universalidad plena con su música; jamás el catalán lastra en lo más mínimo la emoción que provocan.  Reconfirmado: la música como un lenguaje que va más allá de la parte idiomática. Una experiencia sensible en sí misma.

Y es que además el tercer LP de los barceloneses (el primero fue Els millors profesors europeus lanzado en 2008) se presentó con un sencillo de esos inolvidables: “Teresa rampell”, que tiene gran impacto melódico y un ritmo pegadizo. Subrayemos su espléndida línea de bajo; un buen basamento para contar un día  en la vida de una chica del barrio bohemio de Vallcarca que se enamora a un tipo de Gràcia.

Atletes, baixin de l’escenari se completa con otros 12 temas de igual calidad. Nada de tirarse a la hamaca. Ellos incluso se dieron tiempo para revisar en clave alegórica lo que han vivido en los últimos años en “Banda de rock”. También hay un guiño en “Quin dia feia, amics…”  a los momentos en que un músico compone y le pide a su chica que no lo interrumpa porque está escribiéndole una canción folk pop (que también funciona como un homenaje no explícito para Blur y su “Coffe & TV").

Manel no pierden el estilo al disminuir sus componentes instrumentales. Ya cuentan con un sonido propio, por lo que se dedican a narrar su entorno y esencia. De hecho el título del disco es una referencia la clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92, cuando el maestro de ceremonias no dejaban de repetir: “Atletes, baixin de l’escenari”, y nadie le hacía caso porque todo se había tornado en una verbena.

Y las canciones memorables no escasean. Hay quien prefiere el componente humorístico y pop de “Ai, Yoko” y “Vés bruixot!” o la más narrativa y costumbrista “Mort d’un heroi romàntic”. Habremos de dejarnos por una obra generosa de un grupo orgulloso de su raíces pero dueño de una perspectiva universal.