Favoritos

Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.

40811
El complaciente homónimo de The Crystal Method

El complaciente homónimo de The Crystal Method
El complaciente homónimo de The Crystal Method

Artista(s)

22/Ene/2014

The Crystal Method

The Crystal Method

Tiny e

2014

Los años noventa siguen presentes; se niegan a salir de las fiestas y pistas de baile gracias al regreso de The Crystal Method con un nuevo álbum homónimo plagado de beats y contundentes líneas de bajo.

Por si no lo saben, The Crystal Method se formó en Las Vegas, Nevada, en 1993, creando impacto con grandes álbumes y desarrollando música para cine, televisión y hasta videojuegos. Este nuevo disco conserva el sonido característico del dúo integrado por por Ken Jordan y Scott Kirkland, aunque se acerca un poco más a géneros como el dubstep y cuenta en las voces con Dia Frampton, LeAnn Rimes y Afrobeta.

El álbum abre con “Emulator”, tema que, con su rítmica en cuatro cuartos y bajo contrapunteado, se apuntala de sampleos vocales y arpegios escalados en tonalidad menor; una pieza ideal para la pista de baile. Le sigue “Over it” que es, al parecer de quien escribe estas líneas, una suerte de dubstep-happypop que si bien su nivel de producción es impecable, no logra sorprender debido a su estilo genérico; algo que ya hemos escuchado hasta el cansancio.

Sin embargo, encontramos temas interesantes como “Strom The Castle”, que nos remite al sonido mas clásico de la banda; y “Jupiter Shift”, que es una cátedra de como se hacen buenas líneas de sintetizadores con breakbeats. En la recta final del álbum, la electrónica ácida con acompañamiento R&B para “Grace” es cerrado con la interpretación soul de LeAnn Rimes.

Los últimos temas “Difference”, dubstep con glitches y vocales soul; y “After Hours”; con intención vocal kinky; cierran el álbum dejándonos con un sabor de boca a la era post rave.

En general, el disco está bien balanceado e impecablemente producido. Dedicado al fan nostálgico y para ser descubierto por una nueva generación de amantes de la electrónica. Quizá lo único de lo que se lamenta este humilde escucha es que, por momentos, resulta muy complaciente y poco arriesgado, ya que abusan de recursos de producción bastante conocidos y se niegan a salir de su zona de confort.