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Death Cab For Cutie y su filosofía Kintsugi para tratar de renovarse

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Death Cab For Cutie y su filosofía Kintsugi para tratar de renovarse
Death Cab For Cutie y su filosofía Kintsugi para tratar de renovarse

Atlantic Records / 2015

Artista(s)

Death Cab for Cutie

Death Cab For Cutie regresó con su octavo álbum de estudio, Kintsugi, tras la sorpresiva salida del co-fundador de la banda, Chris Walla, luego de 17 años.

Kintsugi -que significa arte japonés de crear obras abstractas con piezas rotas- incluye 11 tracks, irónicamente sin cohesión entre sí, que dejan ver poca variedad musical y una resistencia a salir de la zona de confort. Sin embargo, se nota la influencia en Gibbard de The Postal Service (su proyecto alterno) y el resultado de su separación con la actriz y cantante de She & Him, Zooey Deschanel.

“No Room In Frame” es el primer sencillo y tiene un sonido que se mantiene en el umbral de sus tres discos pasados, no hay nada nuevo para el oído de sus seguidores. En “Black Sun" quisieron dar el protagonismo que la voz de Gibbard ha tenido pero esta vez sobresalen los riffs de guitarra y dejan que ésta sólo acompañe.

Una de las canciones más rescatables es “The Ghosts Of Beverly Drive”, por el uso puntual de sintetizadores que dan un ritmo “ochentero” agradable. Puede ser una de las grandes opciones para ser un sencillo del álbum.

“Good Help (Is So Hard To Find)” suena como indirecta para Walla pero termina siendo una buena rola que combina sonidos sintéticos con guitarras eléctricas que dan como resultado un beat bien definido.

“You’ve Haunted Me All My Life” y “Everything Is A Ceiling” no terminan por encajar y muestran que los músicos no se han renovado y suenan a lo mismo que hace 10 años. Para algunos esa podría ser una señal de identidad musical, pero a veces se debe arriesgar más.

Regresando a lo positivo, “Hold No Guns” tiene algo de la esencia del exitoso Transatlanticism (2003). La canción es sólo Gibbard con una guitarra acústica y su poderosa voz, muy folk estilo Bob Dylan (aunque no vale la comparación) con un sonido crudo y visceral, bastante natural.

Este Kintsugi no logra su objetivo. Parece que la cúspide pasó y la realidad llegó para los de Seattle, que avientan un álbum más sólo para poder salir de gira. Esperemos que el proyecto no se desmorone y resurjan de sus cenizas.