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Bosnian Rainbows: Los colores de la era post Mars Volta

Bosnian Rainbows: Los colores de la era post Mars Volta
Bosnian Rainbows: Los colores de la era post Mars Volta

Artista(s)

28/Jun/2013

Bosnian Rainbows

Bosnian Rainbows

Sargent House

2013

Algunos lo llaman “super group”, pero Omar Rodriguez-Lopez prefiere llamarlo “colectivo artístico”. Bosnian Rainbows son la expresión musical de una paleta cuyos colores, como en los arcoíris mismos, se saben naturales; incuestionables.

La banda conformada por el ex At the Drive In, Teri Gender Bender (Le Butcherettes), Nicci Kasper (Kudu, KRS-ONE) y Deantoni Parks (John Cale, The Mars Volta), ha lanzado esta semana un primer álbum en el que el new wave y el prog-rock se casan para un segundo aire; alguien llegó a decir que el sonido resultante es como si Rush y Metric hubiesen tenido un hijo, nacido en los estudios Cloud Hill, en Hamburgo.

La propuesta del álbum homónimo de la banda de El Paso radica en el balance entre la juventud del oscuro pop que aporta Teri, al mando de voz, melodías y letras, y el soporte rítmico, experimentado, de los hombres, quienes vivieron tanto los 80 de Simple Minds, como los del Peter Gabriel de So o del propio Rush de Grace Under Pressure.

Sería simplista querer ver las tonalidades del disco como una suma de lo “nuevo” y lo “viejo”; aunque la nostalgia es evidente, está dicha con vocabulario moderno, y la inspiración no es literal, tal como las reseñas hacen creer, a veces sin querer; son fantasmales: like a rainbow.

Los integrantes reinterpretan sus memorias y deseos musicales a través de la convivencia full time (viven juntos y de esa manera compusieron el álbum); el vegetarianismo (hubo un tiempo en que sólo comían brócoli, cebolla y ajo); instrumentos del siglo XXI grabados no digitalmente, sino en cinta (aspecto determinante en el matiz nostálgico mencionado) y la consigna de hacer confluir miradas, no imponer una al resto. Para conocerlas, siendo los colores básicos del cuarteto basta, por cierto, con escuchar el proyecto solista de Deantoni, el que tiene con Nicci o la colaboración de Teri y Omar.

El nombre del grupo viene, según este último, del acento en las perspectivas: uno no ve un arcoíris igual que otro. Dependiendo de las condiciones atmosféricas, el sitio desde el que se aprecia, y el acuerdo entre lluvia y sol, es posible observar un arcoíris circular; la mayoría de las veces sólo vemos una parte del fenómeno. De manera análoga, siguiendo con la explicación de Omar, lo mismo ocurre cuando se piensa en Bosnia sólo como en una zona que estuvo en guerra alguna vez. Tal acento en el point of view destaca en cada track del disco: sin ser ninguno completamente post-punk/prog o avant-garde, proponen al escucha el reto del arcoíris: verlo sabiendo que no está en un “lugar” fijo.

“Eli” abre con el anuncio del perro que ladra, pero al avanzar en el conjunto de canciones, sabemos que la mordida puede ser amigable. “Worthless” advierte con toque goth estilo Human Drama: The world is worthless, but I will live on. “I cry for you” es el reclamo a la Fiona Apple, mientras que “Morning Sickness” ofrece cierta ternura triste entre guitarras que suenan a delfines (I wake up in the morning wanting to be loved… I blame you for loving me). Esas mismas guitarras tienen, en “Torn Maps”, un aire a The Police, sazonadas con los sintes new wave de Kasper, muy a la Missing Persons.

Pero no todo es remembranza ochentera: “The Eye Fell in Love” recuerda al final un poco a No Doubt, quizá debido a la vena pop de una Teri que solía amar a las Spice Girls. Pop, canciones cortas y menos barroco, el reto que Omar parece haber superado en este disco. Nuevas generaciones podrán acercarse a su obra de una manera más amigable vía éste, al tiempo que hacen cierta arqueología musical; una de las razones por las que mencionar artistas a los que puede aludir este álbum, tiene sentido: así me suena el arcoíris a mí ¿y a usted?