Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.

Era el lejano 2016. La radio mexicana estaba dominada por Drake, Justin Bieber, Sia y Calvin Harris; las bomber jackets estaban por todas partes y los pantalones entubados eran lo que todos querían usar. Las alternativas musicales aún se buscaban en foros de internet y revistas de nicho: no eran tan visibles ni tan fáciles de encontrar.
En medio de ese contexto empezó a correr la voz sobre un grupo californiano que traía en sus riffs toda la libertad del mundo. Se trataba de SWMRS, formada por los cantantes y guitarristas Max y Cole Becker, adolescentes punks con mucho que decir.

A lo largo de su carrera han lanzado varios discos —Drive North (2016), Berkeley’s On Fire (2019), Sonic Tonic (2023) y Becker (2024), estos últimos ya con Cade integrado como bajista—, pero entre todos los álbumes y EPs, sobresale el más arriesgado, crudo y estridente: el origen, Drive North.
Drive North fue uno de esos discos que, sin hacer mucho ruido en su estreno, terminó por convertirse en un fenómeno: un álbum que volteó la cabeza a toda una generación y que hoy sigue más vigente que nunca. Lo que a simple escucha suena digerible, directo y sencillo, ha ido acumulando cariño con los años.
Desde sus 12 (y luego 14) canciones, hay algo que trasciende más allá de la música: una energía sonora desbordada, casi salvaje de esos jóvenes que decidieron hacer música. Ahora que se acerca su décimo aniversario, recordamos lo que hizo de Drive North un disco inolvidable.
Dale play a “Miss Yer Kiss”, parte de Drive North, aquí:
