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Este año, Puma Blue sorprendió con antichamber y extchamber, dos trabajos profundamente introspectivos que se leen como entradas de un diario; un contraste marcado frente a la sensualidad y energía pasional de Holy Waters. Ahora, con el anuncio de su próximo álbum Croak Dream y el lanzamiento de los sencillos “Desire” y "Croak Dream", Jacob Allen reflexiona sobre vulnerabilidad, procesos creativos, la honestidad emocional que guía su música y la energía que encuentra en los escenarios. Entre recuerdos de sus shows en Foro Indie Rocks! y su versatilidad entre formatos —full band, íntimo y DJ set—, el compositor explora también cómo equilibrar tristeza, alegría y evolución artística en un proyecto que no deja de transformarse.
Puma Blue: Fue por necesidad. No podía escribir un proyecto divertido o pensado para banda. Tenía que escribir algo personal. Ni siquiera iba a publicar la música; al principio era literalmente como escribir en un diario, solo para mí. Luego lo compartí con un par de amigos —quizá ese fue el error— y me dijeron que debía compartirlo con el mundo. Así que terminé sacándolo, pero al principio no imaginaba que nadie más lo escucharía. Venía de un lugar muy profundo. Y ahora, en retrospectiva, estoy agradecido de haber podido hacer eso y expandir lo que puede ser Puma Blue.
PB: El primero tenía principalmente canciones donde canto y toco la guitarra, además de piezas semi-clásicas y ambientales. El segundo reúne todo lo que hice en ese periodo que no encajaba en el primero: piezas puramente ambientales, sin canciones, sin voz, con muchos elementos electrónicos y samples extraños a los que estaba muy apegado pero que no tenían hogar en el primer disco. Así fue simplemente.
PB: Es como el punto de partida. No puedo escribir nada bueno sin ser vulnerable. Lo he intentado, pero no funciona. Si empiezo desde un lugar frágil y honesto, no garantiza que la canción sea buena, pero sí es un buen comienzo. Se siente más humano.
PB: Que los dos anteriores, aunque los quiero mucho, no son muy divertidos. Este nuevo es sobre divertirme; es más pesado. Quería hacer otro álbum con la banda y crear algo que fuera divertido tocar en vivo. Y honestamente, el show en Indie Rocks! del año pasado fueron una inspiración: quería tener más material para el escenario, canciones que aún no existían.
PB: Quería algo que entrara pateando la puerta y mostrara claramente de qué va el álbum. Es corta, directa, amo las baterías y es la primera canción sensual que escribo en mucho tiempo. Sentí que era una especie de reintroducción: “ok, el lado acústico/ambiental se duerme un rato; vuelvo a hacer música más picante”.
PB: Ambas cosas. Siempre voy a escribir desde un lugar sincero. Siempre voy a estar triste y siempre voy a estar feliz. Antes quizá escribía solo desde la tristeza; ahora también escribo desde la alegría. Este disco tiene canciones muy tristes y otras que vienen de un lugar positivo, algo que antes dejaba fuera.
PB: Dejo que la música decida. Intento ser un buen vehículo. La música es mucho más grande que yo. Si dejas de bloquear el flujo, la música te dice adónde quiere ir. Yo tengo ideas, claro, pero si escuchas bien, la música te lo muestra.
PB: La verdad: no preparamos nada para el show íntimo. No ensayamos y no sabíamos el setlist hasta unas horas antes. Había canciones que nunca habíamos tocado sin la banda. Pero si estás “en práctica” en la vida, esos momentos no dan tanto miedo. De algún modo sí estábamos preparados. Y con el DJ set igual: me avisaron la semana pasada, pero he estado tocando como DJ mucho estos dos últimos años —y por una década—, así que es algo divertido, no estresante.
PB: No sé si tengo expectativas, pero espero que la gente conecte y que no se distraiga con el teléfono. Que podamos estar juntos, abiertos a esa especie de “adoración” de la música, no de mí ni de la banda, sino del espíritu mismo de la música.
PB: En el estudio todo es más crudo de otra manera: las ideas son nuevas, como bebés. En la gira, esas ideas crecen, cambian. A veces semanas después pienso “ojalá esta versión fuera la del álbum”… pero ya es tarde. En vivo, las ideas se vuelven otro animal.
PB: Dios… no lo sé. Si fuera yo, elegiría “Want Me”. No tiene todos los elementos —no se pone pesada ni nada—, pero es casi una declaración: hay disonancia, hay canto del corazón, hay minimalismo. Ahí puedes escuchar cómo pienso la guitarra y la producción Está entre el dub y el jazz, creo.
Puma Blue: Uf, difícil… Diría: espeluznante, sensual y vulnerable.