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12/Sep/2025
Tras más de una década de trayectoria, La Dispute ha demostrado que la intensidad emocional y la honestidad brutal siguen siendo sus pilares. Con No One Was Driving the Car, su nuevo disco autoproducido, la banda de Michigan se enfrenta a preguntas sobre identidad, comunidad y el papel del arte en un mundo convulso. En esta conversación con Indie Rocks!, Jordan Dreyer habla sobre los retos de crear sin intermediarios, el vínculo con Grand Rapids y la importancia de encontrar sentido en medio de la incertidumbre.
LD: Desde el principio sabíamos que queríamos hacerlo nosotros y para nosotros, y eso lo hizo relativamente fácil en lo emocional. El reto estuvo en el esfuerzo logístico, en encontrar el tiempo y el espacio para reunirnos y darle vida. Veníamos de un periodo de cuarentena, con giras canceladas y la incertidumbre de si volveríamos a tener la oportunidad de hacerlo. Eso nos hizo conscientes de lo esencial que es para nosotros crear juntos. Así que desde la primera idea hasta llegar al estudio, nos lanzamos de lleno. El hecho de autoproducirnos nos obligó a estar completamente enfocados, consumidos por el proyecto.
LD: Cada proyecto lo hemos abordado como algo propio, empujándonos a explorar nuevos territorios. En este disco en particular influyó la sensación de que quizá no tendríamos otra oportunidad. También, tras tocar en giras de aniversario de discos de hace más de 10 años, nos vimos obligados a reflexionar sobre lo que habíamos hecho antes y lo que nos había funcionado. Así que este álbum nace de la disconformidad y la volatilidad del mundo, pero desde la mirada de quienes ya no somos los mismos de 2008 o 2012, sino personas con más experiencia viviendo entre 2022 y 2025. Fue un proceso de combinar lo aprendido con la necesidad de probar cosas nuevas.
LD: Siempre hemos sido muy protectores con Grand Rapids y su influencia. Ha sido un personaje constante en nuestras canciones, casi desde el inicio. Para mí, escribir este disco fue una manera de mirar atrás, de reconocer cuánto nos formó ese entorno en nuestra forma de ser y en nuestra visión del mundo. En muchos sentidos es una carta de amor a nuestra ciudad, pero también una imagen más honesta de lo que significa para nosotros ahora.
LD: Comparado con Panorama, este disco fue mucho más intencional. Panorama lo escribimos en medio de giras constantes y un agotamiento general. Además, era la primera vez que vivíamos en distintos lugares, así que fue un reto. Ahora recuperamos dinámicas más cercanas a Wildlife: teníamos un mapa claro, con picos y valles, una estructura dinámica, temas que dialogaban entre sí. Aprendimos de lo difícil de Panorama, y aquí quisimos ser más conscientes desde el inicio de lo que queríamos lograr.
LD: Porque fue el catalizador de todo el álbum. No había dudas: era la canción que marcaba el tono. A diferencia de otros discos, donde la primera pista funcionaba como introducción, aquí queríamos lanzar al oyente directamente a la acción, de manera cruda y directa. Así también quisimos presentarlo al mundo.
LD: Tratamos de que la diferencia sea mínima. Somos muy cuidadosos en cómo traducir el estudio al escenario, casi uno a uno. Claro, en vivo existe la interacción con el público, el intento de generar diálogo, pero incluso grabando busco encarnar lo que siento en la canción. Al final, nos mueve el mismo impulso en cualquier contexto.
LD: La música puede cumplir muchas funciones, desde el escapismo hasta la confrontación. Para mí, el arte siempre refleja el mundo de quien lo crea, y este disco en particular está atravesado por el estado del mundo: la desigualdad, la crisis climática, la precariedad. No tengo soluciones, pero creo que es esencial hablar de ello. Si la música logra que alguien se sienta acompañado en su incertidumbre, o lo anima a pensar cómo mejorar su entorno, ya es valioso.
LD: Siempre digo que lo mejor es empezar por lo nuevo y retroceder desde ahí. Pero si tuviera que elegir un punto medio, sería Rooms of the House. Canciones como “Woman (In Mirror)” o “Stay Happy There” muestran distintas facetas de la banda y resumen varias de nuestras etapas.
LD: Apasionados, cuidadosos e intelectuales. Aunque me incomoda decirlo de mí mismo y mis compañeros, creo que pensamos mucho en cada paso que damos. Esperamos que quienes nos escuchan también quieran profundizar si lo desean.