Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.

Desde Galicia, Bala se ha consolidado como una de las propuestas más potentes y viscerales de la escena ibérica. Su mezcla de punk, grunge, stoner y metal no busca complacer, sino canalizar —con ruido y emoción— una visión del mundo atravesada por la precariedad, el feminismo y la necesidad de resistir.
Con su nuevo álbum Besta, el dúo formado por Anxela Baltar y Violeta Mosquera eleva su sonido a un nuevo nivel: un grito de rabia y esperanza en tiempos convulsos. A días de su presentación en Hipnosis 2025, conversamos con ellas sobre el proceso detrás del disco, la maternidad, las colaboraciones y lo que significa tocar por primera vez en México.
Bala: Vivimos tiempos muy duros y muy absurdos. Besta nació de la necesidad de nombrar todo eso, pero también de celebrar lo que nos mantiene vivas: la amistad, los animales, la música, las redes que nos sostienen cuando todo se tambalea. Era inevitable que el disco fuera tan frontal.
Bala: Cada colaboración fue una extensión natural de lo que somos. Ana Curra aportó oscuridad y legado; Dani Miller, locura y energía desbordada; Tanxugueiras, la fuerza ancestral de la tierra; y Laurispunkis, una honestidad y energía brutal. Escogimos a quienes sentimos cerca en espíritu, no solo en sonido. Fue un honor poder contar con todas estas diosas a las que tanto admiramos.
Bala: Fue necesario. Me costó abrirme tanto, porque nunca lo había hecho de una forma tan directa ni tan profunda, pero era lo que tenía que salir en aquel momento. Nos tocó hacerlo desde el caos, desde la frustración y la esperanza a la vez. Escribir fue una forma de resistir y de mantener la cabeza fuera del agua.
Bala: Cambió todo. La maternidad te hace repensarlo todo: los tiempos, las prioridades, la mirada. Hay más conciencia del mundo que dejas y del que quieres construir. Te ves de pronto como una persona distinta, y al principio perdida, desubicada. Escribía estas letras agotada, intentando conectar con el proceso vital tan potente que estaba viviendo… era inevitable que no se viese reflejado en las letras y en la forma de componer.
Bala: Es un sueño. Tocar en México era algo que nos habían pedido muchas veces, y la idea nos rondaba la cabeza desde hacía mucho tiempo, pero por distintas circunstancias todavía no se había dado la oportunidad. Que la primera vez vaya a ser en este increíble festival nos hace sentir muy afortunadas. Estamos seguras de que habrá una intensa conexión con el público… por nuestra parte haremos todo lo posible para que así sea.
Bala: El cartel es fantástico, queremos ver a todas las bandas. Personalmente no faltaré el día 2 a los shows de Deafheaven, Dinosaur Jr y Fin del Mundo, pero estoy deseando ver a todos y cada uno de los grupos que pasarán por el festival, porque estoy segura de que las formaciones que no conozco también me van a sorprender.
Bala: Creo que los cambios principales están en las letras y en la forma de componer. De alguna manera hemos ido buscando nuestro camino, y quizás aún no lo hemos encontrado del todo… es un proceso que continúa cada año, con cada disco. En general nos hemos vuelto más conscientes sin perder la rabia. Antes era puro instinto; ahora hay más intención, pero la misma energía.
Bala: No pensar demasiado. Cada disco es una versión nueva de nosotras, con lo que estamos viviendo en esa etapa vital. Simplemente soltamos lo que tenemos dentro en cada momento, y eso siempre es distinto en función de las circunstancias personales, vitales y sociales que estemos viviendo, por lo que es muy difícil caer en lo mismo.
Bala: Seguramente “Prisas” o “Inmutable”. Ahí está todo: la rabia, la ternura, el ruido y el corazón abierto.
Bala: Ruido, verdad, entraña.