Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
31/May/2014
Tras años de espera y con la expectativa gestada durante los últimos meses, finalmente me encontraba en los cómodos asientos del Teatro Metropólitan en espera del concierto cuando, casualmente, mi vecina del asiento de a lado comentó: "¿sabes?, un amigo dijo que no eran muy buenos en vivo". "En la madre, ¡sí es cierto!", por unos momentos me sentí preocupado, retrocedí mentalmente trece años atrás a la última vez que vi a Chetes con Zurdok en el gimnasio del Tec Campus Monterrey, y cómo aquella vez Jumbo los opacó en el pequeño double headliner ante no más de cien personas.
Mis preocupaciones salieron sobrando porque la banda regia ofreció uno de los conciertos más completos, alucinantes y emotivos del año; una presentación que rozó la delgada línea entre el desmadre y la asombrada contemplación por parte de su público como sólo el grupo mexicano más ecléctico de los últimos tiempos podía hacerlo.
Para el deleite de los verdaderos connoisseurs en las butacas, entre ellos añejos fans del grupo y personalidades de la industria musical nacional, la impecable acústica del Metropólitan ofreció un audio nítido, en el que no se perdía ningún instrumento. Finalmente, Zurdok comenzó tocando "…De Llegar Al Final" detrás de una manta, la cual cayó pocos segundos después mientras Chetes decía "abre los ojos bien" ante un público extasiado, indicio que anunciaba una presentación que cumpliría con las altas expectativas.
Se escuchó "Nadie Te Quiere Ver", "Si Me Hablas Al Revés", "Estático", "Luna" y "Cuántos Pasos?", para la cual subió Alfonso André al escenario a cantar, entre otras. Hubo un poco de descaro en presentar algo de lo menos comercial como la rudimentaria "No Encuentro La Manera" después del éxito comercial más reciente, "Azul Oscuro", y pensé que había habido todavía más audacia cuando entregaron la segunda canción más larga de su repertorio, "Bien o Mal"; sin embargo, al solo tipo blues de Catsup se le recortaron unos seis minutos. "Seguro la siguiente canción es la que todos están esperando..." anunció Chetes, presentando a Tino El Pingüino quien cantó "Gallito Inglés" completo.
La banda recorrió el catálogo de sus tres discos más las dos nuevas canciones con el aplomo y seguridad de un acto que ha regresado después de doce años por la puerta grande, demostrando un virtuosismo en los instrumentos que tarde o temprano saltaba a la vista, como lo cabrón que está Chetes para requintear o lo enérgico que es Maurizio Terracina en la batería cuando se pasa a aquel instrumento.
Mis preocupaciones habían salido sobrando y sobre el escenario quedó bien parado uno de los grupos más logrados, consumados y, ¡claro!, holísticos, de la escena nacional, para el que al parecer lo mejor aún queda por venir.