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14/Nov/2013
Tras apenas dos años de haber pisado el mismo escenario por vez primera, Ringo Starr y su “carnaval de las estrellas” regresó a nuestro país para ofrecer un exitoso, pero bastante cuestionable, show frente al público más grande y entregado ante el que, él mismo reconoció, tocaron en toda la gira.
¿Qué es la All Star Band de Ringo y de qué se trata? Si aún no lo saben, desde hace más de dos décadas, Ringo ha dado la vuelta al mundo con un ensamble de selectos músicos que independientemente del género, estilo o época, han sido “estrellas” o parte de bandas exitosas en la historia de la música.
No tanto como banda de apoyo, sino como un show al estilo Las Vegas, en el que además de interpretar parte del cuerpo de trabajo de Richard Starkey cantan temas propios o de las bandas que les dieron fama, en esta agrupación han desfilado personajes como John Entwistle, Clarence Clemons, Greg Lake, Ginger Baker, Ian Hunter y hasta Peter Frampton. En esta ocasión, la versión que llegó a nuestro país incluyó a Steve Lukather, Gregg Rolie, Richard Page y a nadie más y nadie menos que Todd Rundgren.
Por fin apareció Ringo en escena y, como si se tratase de Julio César frente al Coliseo Romano, el vitoreo del público fue más allá de lo ensordecedor. Inició con “Matchbox”, proveniente del EP Long Tall Sally del cuarteto de Liverpool, y siguió con “It Don’t Come Easy” más un tema nuevo. Todo pintaba bien hasta que los invitados comenzaron a desfilar; Todd Rundgren, Gregg Rolie y Steve Lukather provenientes de Utopia, Santana y Toto, respectivamente, hicieron lo suyo, decayendo los ánimos poco a poco hasta la completa aburrición.
El primero, un inofensivo pop-rock; el segundo, “Evil Ways” de Santana en una versión bastante fría y sin mucho carisma; y por último, uno de los más sobre-expuestos, quemados y poperos temas de Toto: “Rosanna”. Fue ahí, con los invitados, el momento en el show se volvió confuso, como una “rockolla descompuesta”.
La forzada mixtura entre las baladas de adulto contemporáneo tan soporíferas, como sonadas en la radio hasta el cansancio, rompieron con el ambiente que Ringo logró levantar con “Don’t Pass Me By”, “Boys” y “Honey Don’t”. Entre clásicos en que la voz de Ringo revive la magia del Fab Four, se tuvo que soportar una deprimente selección de temas ochenteros de Toto, Mister Mister, Utopia y lo más obvio de Santana, ¿Por qué nos haces eso Ringo?
La gira pasada incluyó a Edgar Winter, Gary Wright y a Rick Derringer con temas de The McCoys y The Edgar Winter Band que entraron como anillo al dedo gracias a la obvia característica rock 60’s-70’s. Ahora fue más un hit parade de lo más comercial y gastado del pop rock ochentero que para alguien que fue con la premisa de ver y escuchar rock and roll por parte de un Beatle, sintió los ánimos decaer cuando sonó “Africa” de Toto y “Broken Wings” de Mister Mister, a tal punto de que cuando por fin llegó "I Wanna Be Your Man”, ya ni ganas tenía uno de levantarse de su asiento.
Mención especial para el desperdicio de Todd Rundgren en la banda, ya que pudo haber interpretado algo de su banda de garage sesentero The Nazz, o bien cualquier otra cosa más allá de baladas (o inclusive ser guitarra líder en lugar de ser maracas y aplausos) sin romper ese ánimo de rock que debería explotar Ringo en lugar de ofrecer un carnaval Universal Estéreo. Así no juego.