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01/May/2014
De la afamada disquera británica Warp Records, Bonobo; y Clark, perteneciente a Ninja Tunes; dos de los músicos más relevantes en la escena electrónica mundial, visitaron la ciudad de Guadalajara para una secret party organizada por Get Move, promotora que el año pasado sorprendió con la presentación de Nosaj Thing.
Poco después de las 21:00 h se abrieron las puertas de la Mansión Chapulina, una casona localizada en el corazón de la ciudad que cumplió con el objetivo del evento: hacerte sentir en una fiesta secreta. Por fuera, la sobria fachada del lugar no daba pista de ser el punto de reunión para los amantes de la música electrónica, pero si te acercabas un poco más se podían escuchar los primeros beats.
Dentro del lugar, las personas se reunían en el patio central de la casa, en donde se encontraba instalado un pequeño escenario con una pantalla en la parte trasera. Con poca afluencia, inició la fiesta con un DJ set de casi tres horas y algunos visuales de figuras geométricas proyectados en la parte trasera. La gente poco a poco llegaba y, entre pláticas y música, comenzaba a ambientarse para la noche que esperaba.
El primero en presentarse fue Simon Green, mejor conocido como Bonobo. Para entonces, el lugar ya estaba a más de la mitad de su capacidad. El también productor hizo bailar a todos con su música que algunos catalogan como downtempo y otros como hip hop abstracto, tal como Flying Lotus o el antes mencionado Nosaj Thing. Durante el set de dos horas ocurrieron diversos problemas técnicos que obligaron al músico abandonar reiteradamente el escenario, ante lo que varios espectadores manifestaron su descontento.
Alrededor de las 2:30 de la madrugada y con la fiesta en su nivel más alto, Clark, uno de los favoritos de la música que conocemos como IDM y probablemente el más esperado de la noche, inundó el lugar un atmósfera totalmente oscura, pantallas con visuales verdes fosforescentes que iban a la par de su constante rompimiento de ritmos, hizo a todos moverse sin vergüenza.
Pocas veces se puede ver en Guadalajara a artistas de este calibre. ¿Bonobo y Clark valen la pena? Totalmente. ¿La organización del evento? Digamos que aún falta un poco. Al final, era imposible no escuchar el disgusto de muchos por la diversas fallas técnicas. ¿Qué queda? Aprender de los errores.
Pero no todo fueron quejas, también se notaba la aprobación de que eventos así estén llegando a la ciudad y, sobre todo, que la gente los apoye.