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Día 1: Lluvia y cambios de horario

Día 1: Lluvia y cambios de horario

Todo apuntaba para ser un día frío y escueto en Morelia, Michoacán; La Yoshokura anunció que los horarios se recorrerían dos horas y el cielo nublado anunciaba la llegada de Tláloc.

Yoshokura

Para Indie Rocks! la jornada comenzó junto a Prehistöricos, que de imprevisto se unieron al line up. Camino al centro histórico, los chilenos se declararon amantes de la gastronomía mexicana y confesaron que les encanta garnachear. Estuvimos perdidos buscando las sedes, todo era un caos. Las bandas andaban por ahí sin tener certeza, más que de una cosa: ganas de rockear.

La noche inició con Vidure, banda local que logró la congregación de un público dispuesto a entregarse al frenético show. Mientras tanto, Biávobit hacía de las suyas en La Casona, ubicada a siete enormes cuadras de Barravieja. Encontramos un recinto casi vacío, sin embargo, la gente estaba prendida con los potentes riffs y baterías desenfrenadas.

Enseguida fue el turno de la esquizofrénica música de Descartes a Kant. Las disonancias de esta agrupación tapatía anunciaron la entrada de las enigmáticas chicas, que aparecieron con máscaras blancas e hipnotizaron con la siniestra mezcla de dulzura y rudeza. Además, interpretaron “All hail me” de Veruca Salt, una de las bandas noventeras de “poder femenino” con mayor influencia sobre ellas.

El talento jalisciense siguió presente cuando Siddhartha se apoderó del escenario y atrajo a cientos de fanáticos que coreaban cada uno de sus temas. La euforia creció cuando el músico se despidió compartiendo escenario con Caloncho.

El público estaba vuelto loco y cuando las bananas iluminaron la pantalla y la banda de Caloncho apareció en sus posiciones, se percibía que el mejor momento de la noche había llegado. A poco tiempo de haber aparecido en la escena musical, el sonorense ha cautivado a los melómanos gracias a su perspicaz y deliciosa forma de abordar temas románticos y cotidianos. La playa se hace presente a pesar de estar en la ciudad cada vez que suena la música de Caloncho, y la frescura de las rolas de Fruta, hacen que no quieras que termine.

Los ánimos habían bajado para cuando Quiero Club hizo su espectáculo. Sin embargo, lo presentes disfrutaron del melódico electro pop y celebraron sus diez años de vida. La excentricidad de esta banda regiomontana siempre es un deleite y en esta ocasión no fue la excepción. Por su parte, Prehistöricos ofrecieron una alternativa más profunda e introspectiva. Sin aires de grandeza y utilizando bases rítmicas sencillas, el quinteto tocó fibras muy sensibles.

¿El final? nada fuera de lo común. Temas bien interpretados por Hello Seahorse! desafortunadamente, cansaron al público de Morelia, caracterizado por su incansable paciencia, al tardar horas en colocar su set. “Ulero” comenzó a resonar en el recinto, hasta que por fin llegó Denisse y compañía.

A ver qué novedades tendremos esta noche del cierre en La Yoshokura.

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