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Festival Antes - Día 1: Apertura

Festival Antes - Día 1: Apertura

Editorial
Daniel Castillo @dannker

Daniel
Castillo @dannker

29/Jul/2013

¿Qué es el Festival “Antes de Que Nos Olviden”?, una iniciativa sin fines de lucro que busca dar espacio a proyectos musicales que no se encuentren sobre expuestos. ¿A qué nos referimos con que no hay dinero invertido y mucho menos ganancias? Si aceptamos el hecho de que el arte mismo se ha convertido en una complicadísima industria, resulta sorprendente que exista un festival que no acepte patrocinios, ni privados ni públicos, para salir adelante.

¿Por qué puede decirse que constituyen toda una categoría aquellas bandas que han rebasado lo mainstream para ingresar en los comerciales para Televisa? En una escena musical que se encuentra tan limitada sobre sí misma, la existencia de nuevas propuesta es todo un alivio contra la monotonía. El Festival Antes las concentra, para que así, el interesado pueda enterarse de lo que está sucediendo no sólo en el Distrito Federal, sino en otros estados como Sonora o Ciudad Juárez.

La convocatoria para los asistentes fue por demás emocionante. Básicamente, se trataba de registrarse en una plataforma cibernética. Dicho registro generaría una base de datos de personas a las que les sería entregada una pulsera que daría el acceso a todos los eventos. El venue no era un esfuerzo hipster por hacer una fiesta en un sitio forzadamente distinto. El festival se llevaría a cabo en el Ex-Cinema Ciudadela, mejor conocido por reunir a masturbadores de todas las orientaciones sexuales.

La transformación de un agujero porno en escaparate del underground musical de México, además de ser un gesto poético, era bastante divertido. Nadie sabe cuáles fueron las complicaciones logísticas por las que la sede fue cancelada, lo que si podemos señalar es su delación en anunciar el cambio de lugar, error que provocó que tan sólo algunas veintenas de personas acudieran al desconcertante edificio abandonado ubicado en la calle de Ayuntamiento.

La apertura consistió en dos actos electrónicos ; el primero fue una muestra de viniles. Oscilando entre la pedantería y la fiesta, Biz intervino con efectos muy básicos acetatos emblemáticos. Personas rodeeando el lugar acondicionado para dicha actividad mirando las tornamesas: ese fue el ambiente del día 1 en el Festival Antes. El telonero no demoró mucho, y dejo paso al estelar White Visitation. Su acto limpio y bailable, en el que de pronto se escucharon conatos de fiesta, fue el preámbulo a la retirada del público. Era domingo, hacía frío y no todos estaban entendiendo muy bien lo que estaba sucediendo.

Un festival cuya declaración estética es lo subterráneo exige asistentes experimentales, que no esperen los casi impagables privilegios de los grandes venues, que no den por hecho que lo que van a escuchar va a ser de su agrado. Si bien la apertura del Antes fue un tanto peculiar, estamos seguros que durante la semana que nos depara escucharemos propuestas que nos invitarán a la crítica y a repensar el fatalismo que nos acompaña, ese que dicta que en este país no existen los riesgos musicales. También esperamos que la logística mejore. 

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