Conectando la electrónica con los espacios.
Una vez más, MUTEK aloja el cierre de su programa en el Museo Tamayo, siendo su actividad de acceso libre y de contribución cultural en espacios públicos. Esta edición, la curaduría musical aparentemente tuvo toda la idea de celebrar XV años con una expectativa de calidad en su contenido. Kuniyuki Takahashi y su aparente eterna relevancia en los submundos del house y techno dentro de la electrónica japonesa; su presencia en el festival solo confirma el emparejamiento de talento día con día. Los espacios públicos permiten que eventos con contenido electrónico provoquen mucha más atención al descontextualizar los espacios fácilmente. Paperworks y su constante aproximación a IDM convirtieron el Tamayo en una fábrica robótica/electrónica en el comienzo del evento, por lo que la audiencia que iba cruzando y recién se había instalado, pudo reaccionar fácilmente y digerir sin mayor inconveniente. La evolución del contenido potente de Paperworks hacia la excelencia del dance en la firma de Takahashi, los que se quedaban cada vez eran más y el desarrollo del ambiente fue lo que lo permitió. La emoción en la audiencia había crecido hacia el del set de Takahashi, así que para la llegada de Brandt Brauer Frick (BBF), quien no se lo esperaba ya estaba contextualizado de cualquier forma.
La llegada del trío alemán acertó con el atardecer y realmente se sintió un breve respiro de atención total al comienzo de su presentación, acompañados por la Orquesta Filarmónica Mexiquense y dirigidos por Rodrigo Macías. El concierto confirma toda la información previa que uno puede recabar de la agrupación alemana; el entrenamiento musical es evidente y su acercamiento a la electrónica desde métodos clásicos son lo que los convierte en una representación excelente de las capacidades de la música electrónica al ser ejecutadas desde la instrumentalización. Brandt, baterista, es en su debido porcentaje, una estrella en la definición de lo que es la electrónica a partir de las recreaciones a partir de capas rítmicas conectadas. Brauer y Frick, tecladista y pianista respectivamente, acompañan y contrasta los espacios creados por los instrumentos de la Filarmónica con melodías agudas y punzantes. El techno y el house constantemente están presentes en sus bases rítmicas (4-on-the-floor) y eso lo convierte en una experiencia aún más relevante. Sin duda ha sido una de las mejores selecciones que el festival ha hecho para alojar la despedida de una edición llena de talento y supremacía en ejecución.