¿Con qué soñara Leonardo DiCaprio?
¿Será con la fiesta de excesos de la que durante algunos años no salió?, ¿soñará con el cambio climático y lo que puede hacer él para advertir de sus consecuencias y presionar a algunos gobiernos para que tomen medidas al respecto? ¿O soñará con la tan esperada estatuilla que le ha sido negada en x ocasiones? No. Esos son clichés que se dicen sobre él. DiCaprio debe soñar con el dolor, la tragedia y el desamor.
El mismo personaje
DiCaprio (de origen irlandés y alemán) es una locura mezclada con frustración y paralelismos surrealistas que a menudo implican muerte, sangre y lagrimas. La historia comienza en 1997 cuando interpretó a Jack Dawson, el soñador aventurero enamorado de Rose DeWitt Bukater (Kate Winslet) que, a punto de casarse, inicia una aventura con él a bordo del Titanic. Pero este amor prohibido no hubiera florecido del todo si Molly Brown (Kathy Bates) no los ayuda alentándolos a que prácticamente mueran por su sueño. Jack muere congelado junto a Rose que, flotando sobre una puerta, logra salvar su vida y llegar a la Tierra de Oportunidades, a vivir el sueño americano.
Sólo un sueño
¿Y si no se hubiera muerto qué habrían encontrado? Once años después del hundimiento del barco, en 2008, en un universo alterno ese sueño de amor se logra en Sólo un Sueño, el filme que dirigió Sam Mendes y en donde se encuentran de nuevo estos personajes en un continuum flujo de vida. DiCaprio ahora es Frank Wheeler y Kate Winslet ya no es Rose, sino April Wheeler. Los papeles se han invertido: Frank estancado en un trabajo que no soporta y ella fantaseando con la vieja promesa que le hizo cuando la conoció de irse a vivir a París. ¿No acaso el de las fantasías en Titanic era Jack? Y Kathy Bates, ahora llamada Helen Givings, quien brindara apoyo en medio del océano, aparece de nuevo ofreciéndoles el espacio para que logren ese viejo sueño, una casa. Ella es testigo del declive del sueño, de los gritos y el enfado de esta pareja que termina con la muerte de April abortando al tercero de los hijos y Frank al cuidado de los otros dos.
En el universo paralelo de Titanic todo fue un sueño.
Vida siniestra
En su siguiente película DiCaprio nuevamente tiene una posibilidad, la de la vida, pero él opta por la tragedia. Hay un enlace entre dos historias empalmadas en posibilidades cinematográficas. Si en Sólo un Sueño la esposa muere, aquí él, con su nuevo nombre (porque nunca ha dejado de ser quien es), Edward Teddy Daniels es quien la asesina cuando ella ahoga a sus tres hijos. Tres. ¿Qué hubiera pasado si April no hubiera abortado al tercer heredero del apellido Wheeler en el film anterior? Esos tres hijos hubieran sido asesinados por una madre en crisis existencial. Y él termina en un psiquiátrico, creyéndose detective.
El origen del dolor
Ante el fatídico destino, en El Origen, DiCaprio altera el espacio-tiempo junto con su esposa a quien cambia el rostro y el nombre, y juntos construyen en un sueño (palabra clave en este destino inalterable de Leo) un nuevo mundo que existe en otro plano de la conciencia. Pero ella se rehusa a volver a la realidad porque el sitio que han edificado juntos ha nublado la conciencia de lo que es cierto y de lo que no lo es (¿sabe ella lo que le espera en el mundo “verdadero”?). Y en un debate interminable entre el retorno y la estancia, ella se suicida. No hay escapatoria al trágico destino, el amor es algo que no sucede en el universo del actor a quien poco debe importarle el ganar o no una estatuilla, él debe estar pensando en despertar y encontrar la paz interior que en las relaciones amorosas ficticias no consigue. No importa lo que altere, lo que rompa, lo que luche: todo termina en muerte, todo es sólo un sueño.