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Rock & Cinema: [Capítulo 11] Licorice Pizza

Rock & Cinema: [Capítulo 11] Licorice Pizza

En la banda sonora de Licorice Pizza converge buena parte del universo musical predominante en los Estados Unidos de esos años.

En 1997, Paul Thomas Anderson estrena el filme Boogie Nights: noches de placer en el cual, con una mirada humorística y a la vez desencantada, narra la historia de un joven quien busca hacerse una carrera como estrella de cine porno en la California de los años setenta y ochenta. En 2021, el director visita nuevamente (cinematográficamente hablando) su ciudad de origen, para relatar una nueva trama sobre otro joven buscando la fama, la fortuna, el amor y su propio lugar en el mundo.

Situado en el Valle de San Fernando de 1973, el argumento de Licorice Pizza gira en torno de una serie de peripecias que le ocurren al adolescente Gary Valentine (Cooper Hoffman, hijo del fallecido Philip Seymour Hoffman) y a Alana Kane (Alana Haim, integrante de la banda pop Haim), el interés amoroso de Gary quien le aventaja en edad por 10 años. A pesar de ello, entre ambos existe una química y empatía muy particular y de alguna forma, comparten los mismos anhelos. Su búsqueda los llevará a probar suerte en el ámbito empresarial, en el mundo del cine, y en la política, con diferentes resultados y no pocos reveses.

Estas experiencias y fracasos se reúnen en un mosaico de variadas viñetas (muchas de ellas chuscas) las cuales son excusa ideal para ver desfilar en pantalla a un elenco multicolor entre quienes figuran Sean Penn, Tom Waits, Bradley Cooper, Benny Safdie, Maya Rudolph y John C. Reilly, y las situaciones derivadas de esos eventos propiciarán una serie de encuentros y desencuentros entre los protagonistas principales, sentando las bases de una relación amorosa accidentada, pero, al final del día, muy sincera y profunda.

Partiendo de algunas anécdotas acaecidas a personalidades cercanas al director. Anderson crea una liviana y emotiva película, la cual es al mismo tiempo un particular coming of age y una mirada nostálgica a una época que marcó gratamente los recuerdos del propio director. Pero aunque Licorice Pizza emplea estos elementos para concebir una obra menos tortuosa, más optimista e incluso más comercial en relación a sus trabajos previos, conserva intactas algunas pautas de conducta de sus personajes, así como los elementos estilísticos y la naturaleza incisiva propia del cineasta. De hecho, espiritualmente hablando, esta cinta sería algo así como la hermana menor, más ingenua e inocente, de la antes mencionada Boogie Nights: noches de placer.

La música juega un papel clave en esta producción. Y no se esperaba menos, considerando la especial relación que Paul Thomas Anderson sostiene con ella ya que, al paralelo de su carrera cinematográfica; a dirigido videos musicales para Radiohead, Fiona Apple, y -desde luego- Haim. Adicionalmente, desde hace varios años el realizador ha elegido al músico Jonny Greenwood (integrante de Radiohead) como su compositor de cabecera. Y aquí no es la excepción, ya que Greenwood concibió el score para el filme.

De manera complementaria, el largometraje (cuyo título era el nombre de una cadena de tiendas de discos en Los Ángeles) incluye una selección de piezas las cuales, además de buscar reforzar el ambiente (y cierta añoranza) setentera, complementan directamente (con sus letras y/o su melodía) las acciones que tienen lugar en diversas escenas, o determinadas emociones experimentadas por sus personajes.

La curaduría musical empleada por Paul Thomas Anderson para Licorice Pizza conforma un interesante crisol en donde pueden escucharse composiciones de soft rock y baladas de duetos como la entrañable "Stumblin' In" de Chris Norman & Suzi Quatro (un anacronismo accidental, ya que en realidad el tema fue lanzado unos años después del período abarcado por el relato); Seals & Crofts con "Diamond Girl" y los legendarios Sonny & Cher (quienes en 1975 finalizaron su relación artística y matrimonial) con "But You're Mine", temas que ilustran la transición -ocurrida en esos años- de las melodías folk y románticas propias de los sesenta, en favor de un pop más digerible.

Por otro lado, hay también una presencia de emblemáticos artistas y agrupaciones cuyas carreras dieron inicio en los sesenta: David Bowie con su tema "Life On Mars?" (empleado en el trailer promocional de la película); The Doors con "Peace Frog", extraído de su icónico disco, Morrison Hotel; Blood, Sweat & Tears con la canción "Lisa, Listen To Me", y "Walk Away" de James Gang, un power trio donde militó un tiempo el guitarrista Joe Walsh, antes de formar parte de The Eagles. Mención especial merece la inclusión de "Let Me Roll It", track extraído del Band on the Run, tercer disco lanzado por Paul McCartney and Wings, banda formada por el músico titular en 1971, tras la desintegración de The Beatles.

Además de una selección de rock, la banda sonora también incluye (en su afán de confeccionar un lienzo de la época lo más amplio posible), piezas de jazz y blues de intérpretes como Nina Simone ("July Tree"); Clarence Carter ("Slip Away"); Johnny Guarnieri ("Sometimes I'm Happy"); Taj Mahal ("Tomorrow May Not Be Your Day") y el Chico Hamilton Quintet con la participación de Buddy Collette ("Blue Sands").

Así, en la banda sonora de Licorice Pizza converge buena parte del universo musical predominante en los Estados Unidos de esos años, en un momento donde el movimiento hippie y la ideología del Peace & Love comienza a menguar en ese país, dando paso a otras expresiones culturales y melómanas. El punk estaba a nada de nacer, al igual que la música disco, los cuales se apoderarían del gusto musical (y el estilo de vida) de una generación, y pondrían fin a una forma de ver (y pensar) la vida… y a toda una era.