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CANORO: [Capítulo 25] El libertinaje clandestino

CANORO: [Capítulo 25] El libertinaje clandestino

16/Ago/2022

¿Subirías a este barco?

Después del cabaret (¡nos vamos para el sauna!)

El mensaje estaba enviado. El grupo la recibió y leyó al mismo tiempo. El “qué” estaba acordado, el “cómo” corría por cada uno; lo que importa era el fondo, no la forma. La noche es precisa y adecuada, como si las constelaciones se hubiesen alineado para tal destino. Los cinco lo esperaban con anhelo y la adrenalina los carcomía. Dicen que entre amigos todo debe ocurrir una vez en la vida y si ese dicho nunca se ha mencionado, sería bueno anexarlo al discurso.

El ingeniero Pedro planificó todo con dos semanas de anticipación, el plan era como una de sus estrategias en el trabajo, y fue el mismo trabajo el que le justificó ese viaje de fin de semana por un “proyecto nuevo”. Era raro que en casa comprendieran tan anticipado vuelo de negocio, pero no hubo freno alguno… al final el ingreso en el hogar no ha faltado en los últimos 10 años.

Al descender su último pasajero, tomó el teléfono y llamó a su número más concurrido. Le narró su día, lo saturado que han estado los servicios como choferes particulares por aplicación y también lo que cenó. Después de ello, escondió la aventura detrás de un pretexto falso que involucraba a su hermano: una supuesta mudanza que les llevaría el fin de semana por completo. Para su receptora fue complejo comprobarlo, pues una discusión densa con la concuña le impedía destapar la mentira de Pablo.

En Patricio fue menos enrollado el tema. Con solo decir que ese fin de semana “no la podría ver” fue más que suficiente; desconocemos si fue por su poco tiempo en pareja o por la aplica confianza que se estableció desde el inicio. Sin embargo, para ponerle picardía al asunto, solo para sentirse “en riesgo”, mencionó que su móvil estaba teniendo fallas y eso justificaría si por alguna razón “no responde con prontitud”. Tremendo iluso atrevido.

Decía el licenciado Polo que estaba a punto de descartarse en el plan por sus ambiguas excusas pues, al parecer, después de cuatro semanas, ninguna historia se la creyó su mujer. Sin embargo, al final sacó una carta maestra sobre una falta moral al matrimonio que su esposa había tenido en ocasiones pasadas. Una historia sin filtros ni remedios, pero tampoco sin pruebas ni hechos… mero carcomer ético. Al final, le funcionó… aunque después de ese fin de semana le esperen por lo menos dos meses de frustración marital. Según él, y la tripulación, vale la pena.

El pinche Porfirio es la envidia de “El club de Tobby”: su falta de compromiso amoroso lo tiene en una soltería perspicaz y sencilla. La ausencia de responsabilidad parental le da los fundamentos para sonsacar a los otros cuatro a liberarse de prejuicios y gozar un fin de semana “entre amigos”. Y al mismo tiempo, es ese sujeto ansioso de desenfreno que picotea a sus colegas sin razón ni excusa alguna. Es el sujeto estable, exitoso y dichoso del clan, el mismo solitario y frívolo que regresará con cruda emocional y no moral.

La primera respuesta con un emoticono de “pulgar levantado” fue Pedro. El resto siguió después de él. Polo tardó en reaccionar, pero lo consiguió; aunque nos indica que ni siquiera él estaba seguro. Pero las excusas, mentiras y pretextos vivían sobre la mesa y nadie, absolutamente nadie de esos treintones podría desertar. El destino, el transporte, la reservación y las tandas de vino estaban alistadas. Faltaban dos horas para el viaje más activo en sus enternecedoras realidades.

Es esta la agenda clandestina que asocia a cinco caballeros anticuados donde su estabilidad local les permite limitar inconscientemente sus atardeceres y generando dificultades para ascender un banco que los haga naufragar en islas desiertas. Es aquí donde nacen “los viajes por trabajo”, “las salidas tarde de oficina” y “los problemas con el auto” que los llevan a un viaje sin destino, pero gozoso.

Al tocar el bocinazo del vehículo afuera de una casona, Porfirio permitió el paso de las convocadas y aceleró aborde de un navegar indiscreto y lujurioso. El arrecife sería el mínimo obstáculo que librarían en alta mar. La aventura estaba lista y los presentes no disentían de la expedición. El yunque lo equiparon en la cajuela, mientras otros cobardes escondían el anillo carcelero en la guantera. Es ahí donde la primera botella se descorchó.

Así bien, una vela de cinco piratas que se enfilaban al suceso. En casa había dejado lo más posible en orden. La embarcación esta al filo, lista para la despegar de la costera. Aquí no habría distinción de raza, costumbre, gusto o manera de beber. El desembarcar los mantenía unidos al mismo fin. El ambiente marítimo no les causaba temor… y si existía, lo disolvía con alcohol. Entendamos que el gremio del pirata es muy sacrificado, pero el tesoro que hallen velará en su historia el resto de sus vidas.

Izan una bandera que presume libertinaje e indecencia. El barco pirata esta veloz sobre la carretera a un lugar sin testigos. Musicalizan de fondo con canciones de hombría que los fortalece más de lo permitido socialmente. Cada uno se imagina las fantasías que cumplirán, también la multa que les costará tan cara expedición.

El capital no rinde cuentas. Castiga a todo aquel que se reporte. Hay abrazos y caricias desconocidas. Las billeteras se estiran para soportar tanta deuda posterior. El catalejo anuncia el destino: la fiesta en altamar está cercana. Los tambores se alocan y descienden ensimismados. Quien quiera que juzgue tal acto… pero es éste el pirata que actúa con una doble vida. El pirata de llamadas misteriosas y encuentros clandestinos, que borra mensajes y bloquea el teléfono. De gustos aventurosos y noches de bailanta.

Cinco dichosos navegantes, amigos de la noche, que como gatos a las trampas se deslindan de ética y moral para respetar el gremio del pirata. Ah… "Los Piratas" que Los Auténticos Decadentes hacen corear. Esos, sin género ni sexo, con historias que se conservan; y aunque los nombres cambien, siempre habrá una “P” en la asociación pirata, ya seas Patricio o Patricia, Polo o Pamela, Pedro o Perla, todes somos seres de libertinaje consumible que cargan un cofre para entregar su mayor tesoro.

Puedes localizar los anteriores capítulos de #Canoro en Indie Rocks!

Todas las canciones que musicalizan estas historias se encuentran aquí:

 

Zurdo
@oscarzcastillo