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La primera imagen que percibimos es una leyenda: “Este cortometraje fue realizado con un iPhone”.
Paranmanjang sigue así con la historia de un sombrero: un video musical que dará comienzo a la historia. Por el momento solo son tomas de experimentación, pero entramos en la convención del lenguaje cinematográfico de un cortometraje donde la cámara cobra un sentido importante al poder ser parte más compenetrada de la acción. También así nos presenta a nuestro protagonista –un hombre maduro que va de pesca. Nosotros comenzamos a seguirlo hasta su destino, un lago escondido. A partir de este punto, Paranmanjang –Night Fishing para el resto del mundo- narra la historia de este hombre y una trágica experiencia en su viaje de pesca nocturna.
Abarrocado de metáforas, Paranmanjang hace una reflexión sobre dos procesos de la muerte: lo que ocurre con nuestra ánima, y lo que ocurre con aquellos que se encuentran ligados a ella en el plano mortal. Retrata la forma en la que ambos se encuentran y los procesos de perdón y despedida por los que ambos deben pasar para transitar.
El realizador de este sencillo cortometraje es un nombre importante en el cine actual, Park Chan-wook (Oldboy, Sympathy for Lady Vengeance). Él, en colaboración con su hermano, Park Chan-kyong y lo que era la única empresa que distribuía iPhone en Corea del sur, realizaron un cortometraje –mediometraje, ya que dura poco más de treinta minutos- donde se exploran las posibilidades cinematográficas más allá de las cámaras convencionales, dejando claro que el cine está en la narrativa y la semiología del realizador, y que debe buscar el apoyo en las nuevas tecnologías, no rechazarlas. Los recursos fotográficos fueron solamente un iPhone 4 al cual se le realizaron ciertas mejoras e implantaron lentes, y luces cinematográficas.
Al final, el resultado es un cortometraje de una estética deslavada y particular. De añoranza y bastante melancólico, contrario a lo que se pensaría que es la estética de una cámara moderna que busca resaltar los colores y la nitidez. No es la cámara, es quien la trae atrás.
El cortometraje muchas veces es considerado como un arte menor dentro de la cinematografía, perpetuado solamente por amateurs o estudiantes de cine. Este cortometraje ganó el premio a mejor cortometraje en el 61 Festival Internacional de Cine de Berlín y es un claro ejemplo que los formatos cortos no prescinden de lenguaje cinematográfico. Las historias son cortas, pero no por eso son menos historias.