Cine y Revolución en la Cineteca Nacional

El pasado viernes, la Cineteca Nacional presentó quince minutos de un material filmográfico de la Revolución Mexicana que fue sometido a un trabajo de restauración por seis meses. Los rollos datan de 1916 y atravesaron un proceso arduo y meticuloso por parte del departamento de restauración de esta institución, área que cuenta con veinticuatro profesionales variando en especialidad, desde ingenieros químicos hasta expertos en audio. Las bobinas se encontraban en un avanzado estado de degradación y por lo tanto, fueron necesarios tantos meses de trabajo para intentar rescatarlas, aunque porciones del material resultaron ser irreparables.

Las cintas fueron donadas a principios de los ochenta por un particular anónimo al American Film Institute, y fue gracias al doctor Aurelio de los Reyes que pudieron regresar a nuestro país. Aún queda mucho trabajo de restauración por aplicar al material recuperado, se estima que en su totalidad tenga una duración de cien minutos, pero estos quince serán mostrados con mucho orgullo en Las Jornadas de Cine Mudo de Pordenone, en Italia; máximo festival a nivel mundial para la exhibición de este tipo de materiales de archivo silentes.

En un intento por promover este tipo de material invaluable, cuyos frutos de largo y arduo trabajo no recaigan únicamente sobre el regocijo de ojos expertos, la Cineteca estará insertando promos al inicio de sus funciones y se tiene planeada una exhibición del material completo para el público general en un futuro cercano.

Este material fílmico es de un alto valor histórico por haber sido coloreado y porque presenta un punto de vista crítico de la Revolución, ya que fue filmado por el estadounidense Charles Pryor. Una vez concluida la muestra, y como parte de la sesión de Q&A, hubo interesantes intervenciones por parte de algunos de los académicos en asistencia, especialmente el historiador y cineasta Gregorio Rocha, quien ayudó a brindarle más profundidad y perspectiva al tema en cuestión, puntualizando que la filmación ocurrió post-1916 y la invasión de Pancho Villa a Columbus, Nuevo México; por ende, en la pantalla podremos ver una aglomeración de escenas que documentan las atrocidades del caudillo del norte: Villa destruyendo casas, fusilando a un espía y los muertos dejados a su paso, etc. A pesar de ser un punto de vista extranjero, se dio a partir del repudio norteamericano hacia este rebelde; un material histórico y fascinante, pero no imparcial.

Fotos cortesía de la Cineteca Nacional.