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Chan Wook Park, poeta barroco del cine coreano

Chan Wook Park, poeta barroco del cine coreano

29/Jun/2012

En materia de venganzas violentas, después de Shakespeare vendría el director de cine surcoreano Chan Wook Park. Bueno, tal vez no necesariamente así, pero era algo que siempre había querido decir a cerca de este realizador.

Lo que no puede negarse es el tratamiento del tema de la venganza que Park desarrolló en su obra; a momentos su cine toca alturas sublimes en su perturbadora Trilogía de la Venganza. Las historias y los personajes de este coreano se aproximan fácilmente a las vendettas más demoníacas de un príncipe Hamlet o un Titus Andrónicus que deciden tomar la justicia en sus propias manos. Del mismo modo Lady Vengeance y Oldboy torturarán a sus enemigos hasta la alucinación, con tal de saciar su odio. A esto aunémosle algunos toques de sadismo extremo, extraído del popular cine gore oriental y todavía estaremos un tanto lejos de aquello que Mr. Park viene tejiendo.

En el boom de cine coreano de la primera década de este siglo aparecen diversos nombres que comienzan a hacer presencia: Hong Sang Soo director de HaHaHa (2010), Kim Ki Duk director de Las estaciones de la vida (2003), Bong Joon-Ho director de The Host (2006) y, por supuesto, el terrible Park Chan Wook, entre otros. Al principio, los interesados en esta nueva corriente fílmica no alcanzábamos a reconocer un nombre del otro (todavía alguno por ahí creía que eran chinos o japoneses), pero poco a poco cada uno comenzó a brillar por sus contrastes y excentricidades; en especial la violencia, la exquisitez estética y las portentosas venganzas del cine de Park.

La saga de la venganza da inicio en 2002 con Simpathy for Mr. Vengeance, tal vez la más oscura y la menos conocida de toda la trilogía. Una película que nos habla (con despiadada y desencadenada ironía) de lo que un padre sería capaz de hacer con tal de vengar a su hija de sus secuestradores. Y, al mismo tiempo, de las razones que orillan a un sordomudo a cometer un secuestro.

Para el año 2003 Park ya nos tenía otra sorpresa con Oldboy. El drama de un hombre que es encerrado durante largos años en un cuarto aislado, y que al escapar, lo único que lo mantendrá vivo será la venganza.

En el año 2004 la trilogía culmina con la barroquísima Simpathy for Lady Vengeance (Ganadora en Cannes). La aventura de una mujer confinada injustamente en la cárcel, y que al ser liberada, intentará buscar la revancha más cruel contra su delator; además de reencontrarse con su hija perdida.

Esta trilogía, como toda su obra en general, explora diferentes profundidades psicológicas; deseos luminosos en constante lucha contra pulsiones oscuras y apetitos destructivos. Violaciones, secuestros y asesinatos; compaginados a un cáustico sentido del humor, música de compositores barrocos y oscuras reflexiones sobre el ser humano, son presencias constantes en este universo de entropía.

Otros dos filmes llamativos del coreano son I’m a Cyborg (2007) y Thirst (2009). La primera relata la aventura de una chica robot; la segunda, Thirst, es la historia de un padre católico (coreano) que se transforma en chupa sangre y se enamora de una menor. Un romance vampírico al mero estilo Park.

Mientras algunos de nosotros aún seguimos degustando los sabores condimentados de su Trilogía de la Venganza o de sus últimos filmes, este coreano no pierde el tiempo. Chan Wook Park acaba de rodar una cinta en Hollywood que se estrena este 2012: Stoker. En ella tendremos a Nicole Kidman, Mia Wasikowska y Matthew Goode de Watchmen, encabezando el elenco. Aún no se liberan imágenes o trailers de la cinta, pero al parecer, la primera película americana de Park, ya está terminada. ¿Qué vendettas despiadadas o juegos de la mente nos deparará esta nueva pieza del más shakespeareano hijo del cine asiático? No lo sé aún, pero seguro será ácido puro.