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Aunque la mona se vista de seda, como los premios Oscares se queda

Aunque la mona se vista de seda, como los premios Oscares se queda

28/Feb/2013

Nos prometieron mucho con las excéntricas nominaciones de este año: entre las que teníamos Amour de Michael Haneke, Searching for Sugarman, Beasts of the Southern Wild, Django Unchained y No de Pablo Larraín, entre otras. Pero al final ganó lo que tenía que ganar. ¿Y qué fue lo que ganó realmente?

Hubo pocas sorpresas y muchas payasadas, como cada año, pero en esta ocasión corrieron a cargo de Ted (Seth MacFarlane) el oso de peluche más lépero del año. Si bien fue interesante ver ganadora a la hermosa y descuidada Jennifer Lawrence, era muy esperada la derrota de la elegante Emmanuelle Riva; sobre todo después del anterior enamoramiento que Hollywood tuvo de lo francés cuando galardonó a el artista Jean Dujardin mejor actor. Lo que nos comprueba que la Academia no repite platillo, excepto cuando se trata de Daniel Day Lewis. ¿Una necesidad compulsiva de construir nuevas leyendas multipremiadas se manifiesta con el tercer Óscar del irlandés Day Lewis o será que sí lo merecía? Que decidan los expertos y los científicos del cine.

Otro Déjà vu de estos oscares, esperadísimo y super cantando, fue el premio a mejor guión a Tarantino por Django Desencadenado. Era obvio que no le iban a dar el Óscar por mejor película, tal vez no vivamos para ver el día en que la Academia premie una película tan irreverente como Django. Al mismo tiempo, a Tarantino ya lo encasillaron en mejor guionista, mismo Óscar que alguna vez recibió por Pulp Fiction. No es un mal premio pero quizás el hombre merece un poco más.

Por último, resumiendo un poco y dejando de lado casos ínfimos como Les Miserables, entre otros, llegamos a Argo de Ben Affleck. Es interesante cómo se maneja la Academia a la hora de entregar este galardón. Argo es una buena historia aunque al mismo tiempo es un thriller de suspenso perfectamente olvidable, como tantos otros. Pero Argo tiene un detalle, le echa tierra a Irán, país con el que Estados Unidos se encuentra en tensión desde hace algunos años. Lo cual me hace sospechar oscuras razones. Insisto, Argo no es mala pero jamás será mejor que algunas de sus competidoras; es una cinta de suspenso, basada en un hecho real que, además, pone a los americanos como los buenos del cuento. Mismo caso que el de The Hurt Locker, de Kathryn Bigelow, que triunfara en 2010 como mejor película. Es allí cuando se les hace bola el engrudo a los oscares, cuando su faceta de teatro político aflora inevitablemente al premiar la ideología por sobre lo estético. De nuevo, como si de un maratón contra la ignorancia se tratara, aquí triunfó la ideología y no el cine.

De cualquier modo, las películas ahí están al alcance de todos, quizás al final, más allá de la super plataforma de los Oscars y toda la parafernalia, siempre será más valioso el juicio del público común y corriente y del cinéfilo que busca las películas no por el glamour de una nominación sino por lo que en ellas encuentra.