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RMFF Día 2: mucha charla y una peli

RMFF Día 2: mucha charla y una peli

26/Abr/2013

Ayer, después de un primer día de ajuste al calorcito, entramos de lleno al Riviera Maya Film Fest, que tiene como sede principal la Plaza Pelícanos, en Playa del Carmen. Ahí se concentra la mayor cantidad de proyecciones, encuentros y brazos de este evento, como el RivieraLAB, iniciativa que promueve la unión entre productores, directores y patrocinadores para que los proyectos que están a un paso de terminarse puedan lograrlo.

Así que decidimos aclimatarnos aún más. ¿Qué mejor forma de hacerlo que uniéndonos al encuentro con documentalistas? En esta charla, moderada por Michel Lipkes, programador general del RMFFMX, participaron personajes como Geraro Barroso, Laura Guzmán, Israel Cárdenas, Nuria Ibáñez y Eugenio Polgovsky.

Fue interesante ver cómo estos realizadores compartían puntos de vista, hablban de las diferencias entre la ficción y el documental, la problemática de la distribución en México y de la responsabilidad que tiene el cine documental independiente, que actualmente funge como "el otro noticiario", pues revela los lados escondidos de las historias sociales que no se pueden ver en los medios masivos.

Acto seguido platicamos en corto con Michel Lipkes, que nos comentó sobre los retos de curar las pantallas de un festival de cine en la Riviera Maya. "Afortunadamente ha crecido el interés general del público por este proyecto, que es una locura porque tiene cinco sedes", dijo. Aunque esto es un desafío logítico para la gente de producción, seleccionar las películas es fundamental para que las personas vayan a las salas.

Solo para programar la parte de Plataforma Mexicana, él y Max Cruz vieron alrededor de 60 filmes mexicanos, "lo que representa un tercio de la producción nacional". De esos, solo 14 sobrevivieron para ser proyectados en el Festival.

Algo positivo para Lipkes es que, cuando le propusieron curar la primera edición del RMFF, Paula Chaurand, directora del Festival, le dio carta abierta, y eso resultó en una cartelera compacta, absoluta y llamativa para la gente.

Y Chaurand lo sabe y lo reconoce. Esto lo aseguramos porque poco después de terminar nuestra platica con Michel, hablamos con ella, y nos dijo que, básicamente, sin Michel no habría festival, pues no tiene caso organizar un evento de esta magnitud si no hay gente en las salas.

Pero Paula también ha hecho su parte, como organizadora del RMFF, celebra las circunstancias que permitieron que este festival haya crecido tanto en esta segunda edición: la principal fue que "tuvimos un presupuesto generoso que le permitió a este evento ponerse un vestido muy lindo, pero ahora ya no solo es ese lujo, la médula y el espíritu del festival es la pasión y la gente lo reconoce".

Hoy, el RMFFMX ya está posicionado en el mapa de los poco más de 70 festivales que ocurren en México cada año, presenta propuestas, es gratis para la gente y abre posibilidades para nuevos creadores. Hacerlo en la Riviera Maya obedece a que "es un sitio posicionado, es impresionante lo pujante de este destino, y traer cine, a pesar de que fue un reto, es algo reconfortante".

Además, también tocamos el tema de las nuevas plataformas para acercar el cine a la gente fuera de las salas. Paula confiesa ser amante del celuloide, pero celebra que ya se esté dando el paso para exhibir cine de forma digital, aunque no es lo que prefiere.

Pudimos haber hablado horas con Chaurand, pero ni ella tenía tiempo y nosotros teníamos una cita con la primera película mexicana es nuestro itinerario.

Panorama, el segundo largometraje del mexicano Juan Patricio Riveroll, se ubicó en la sección Plataforma Mexicana, categoría en la que se tratan largometrajes que no tienen el formato al que podemos estar acostumbrados.

El filme resultó un collage social forzado. Javier es el protagonista chilango que huye de la ciudad para encontrarse fuera de ésta, y decide emprender el viaje hacia la hacienda de una tía en Querétaro. Un chico que sin pretensión alguna abandona toda oferta que la gran urbe tiene para él y prefiere convertirse en un peón. Sabemos que Javier se declina por una vida simple y sencilla, y en su narrativa retrata y debate características de la sociedad mexicana (polaridad entre las clases sociales, ideologías políticas, conformismo, ignorancia, etc.).

Buenas intenciones (nada nuevo en cuanto a contenido pero tal vez sí en la forma de relatarlo), sin embargo hay cortes abruptos e injustificables en el audio y la imagen . Llega un punto en el que uno se pregunta hacia dónde va la historia o qué está pasando.

Al parecer la competencia por el premio Kukulkán la tiene difícil con Las Lágrimas, de Pablo Delgado; Halley, de Sebastián Hoffman; y Despertar El Polvo, de Hari Sama.

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