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27/May/2014
No hay regreso de Yann Tiersen a nuestra ciudad que sea imposible no catalogar como exitoso o triunfal; la sola premisa de un show del músico Breton en el Teatro de la Ciudad –foro del que parece no poder salir-, se entiende cómo detonante para compra desesperada y eventual residencia de múltiples fechas, en este caso dos de doble función cada una devorada por aplausos y gritos ensordecedores.
La última de estas cuatro presentaciones no se sintió realmente como un “hasta luego” o un “adiós”, sino la característica actitud reservada de Tiersen la doto como algo que existió dentro de si mismo, dentro de un universo donde el instrumentista se presente ante un público que lo adora de manera casi rutinaria, y sin importar el tema que se tratase. Así hasta el infinito, curiosamente el trabajo que presentara esta ocasión y que interpretaría en su plenitud: Infinity.
Los múltiples matices y contrastes que ofreció el recital de Tiersen esa noche, desde la introducción narrada por una grabación del gran Aidan Moffat de Arab Strap hasta el inesperado (pero planeado), segundo encore donde ejecutaría “Le Quartier” sin cuartel, fueron un reto para aquellos que claramente asistieron con la premisa de escuchar música de acordeón o pop barroco. Mientras Tiersen, concentrado en su vibráfono, o su majestuoso moog análogo, se podía ver una que otra pareja inmersa en una conversación, jugando o adentrados en su teléfono. El show en que unos gozan y otros no entienden: así hasta el infinito.
Un repertorio justo y a la vez complaciente ya que sin lugar a duda este último trabajo de Tiersen, su octava placa, es un gran álbum para escuchar en vivo, y que vive perfectamente en un recital que intercala piezas de Le Phrase, Skyline, Dust Lane y un par de soundtracks. A veces post rock, a veces delicada música de cámara, con la impecable maestría de sus cuatro músicos en escena.
¿Llegará un día en que Tiersen no deje al Teatro de la Ciudad de rodillas, aplaudiendo como desesperados y lo tenga como impecable objeto de alabanzas y aprecio? De acuerdo al concepto de ‘Infinito’, parece que no.