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03/Dic/2025
El álbum ESFERA DE AMOR (2023) fue algo que no pudimos sacarnos de la mente; con él, SIMONA se dio a conocer en diferentes partes del mundo. No hace muchos años, ella grababa videos después de un largo día de trabajo, cantando en la cama de un hotel y soñando con convertirse en la artista que es hoy. Ahora, SIMONA es disruptiva, reivindica su sexualidad y su libertad, y todo su crecimiento se refleja en su álbum de este año: ASTUTA.
SIMONA: Sí, total. Yo siento que mi proyecto forma parte de la inmigración, como que tiene mucho de eso. Entonces siento que es un poco de todos lados, pero de ninguno al mismo tiempo. Empecé mi proyecto… o sea, yo soy argentina, de Mendoza, pero lo inicié acá en Barcelona. Ese fue el comienzo, pero sí, es medio de todas partes.
SIMONA: Sí, bueno, siempre estuvo el arte en mí. Iba a un cole de modalidad musical, como de música clásica, y estaba en el conservatorio de piano. Tuve mi banda de punk con Luca, con mis amigas del cole, cuando era bien pequeña, tipo a los 13-14 años más o menos. Después dejé totalmente la música y, cuando llegué a vivir acá, un día fui al estudio con unos amigos, pero solo a ver cómo trabajaban, a tomarme unas birras mientras ellos producían. Me dijeron que me grabara algo y ahí empecé. Me dijeron: “Uy, está bueno lo que grabaste”. A mí siempre me gustó mucho escribir y tenía cositas en mis cuadernos, qué sé yo… y así fui perdiéndole un poco el miedo al mic y empecé a jugar con mis amigos, sin ninguna pretensión… y bueno, después sí hubo pretensiones.
SIMONA: No sé, pero la verdad es que mis papás siempre escucharon muchísima música. De hecho, en mi casa no había tele; teníamos un sound system re copado. Les encantaba hacer fiestas y era prioridad, por ejemplo, ir a ver un show. Eran muy fanáticos de Charly, del Flaco Spinetta; mi mamá era muy fanática de la música brasileña, tipo Gal Costa, Rita Lee…
También está mi hermana, que es siete años más grande que yo y era re punky. Escuchaba música más alternativa argentina: Boom Boom Kid, Fun People… no sé, más de esa movida. Entonces crecí escuchando un montón de música. Y como fui a ese cole, también descubrí la magia de la música desde muy chica. Cantaba en el coro de niños de mi ciudad y me acuerdo cuando ya era mezzo soprano y cantábamos a cuatro voces… éramos niños, y me flasheaba un montón cuando se armaban las armonías. Ese cosquilleo de la música lo viví desde muy chica, la verdad. Fue muy, muy loco. Y luego me volví a encontrar con la música muchos años después, pero sin darme cuenta, siempre estuvo ahí conmigo.
SIMONA: 100%. Nunca lo había pensado así, pero la verdad ha sido bastante así. De hecho, cuando salí del cole no me imaginaba que iba a terminar haciendo música. A veces tampoco me lo creo: cuando estoy de tour o veo que la gente escucha mi música, todavía me parece surrealista, aunque el proyecto ya lleva sus años.
SIMONA: La verdad es que es difícil. Hay veces que me siento súper encontrada a nivel estético y otras, re desencontrada. Hay momentos —como pequeños highlights— en los que todo encaja: el ángulo, el outfit, cómo me siento. Son un montón de factores. A mí me encanta la moda, las películas, las fotos… todo el imaginario visual forma una parte enorme de mi proyecto, porque me gustan las cosas bonitas.
También trabajo con un equipo de amigas increíbles que me ayudaron desde el momento cero con la identidad del proyecto. Igual yo meto mucha mano; durante mucho tiempo fui la directora creativa y, aunque escucho todo, la última palabra siempre la tengo yo.
Ahora, recién en ASTUTA, empecé a trabajar con un equipo creativo —dos amigos que tienen un estudio que se llama Serio— y fue como: wow, está buenísimo trabajar con una dirección creativa externa, porque te ayuda a enfocar. Yo soy súper collage en todo: para componer, para hacer música, para crear… y cuando estás con un equipo puedes decir: “Ok, vamos a tomar un camino y vamos full con eso”. Siento que con ASTUTA eso se logró, con las estrellas, el álbum… hemos sacado muchísimo material gráfico y visual súper interesante.
SIMONA: ¡Sí! Hay una canción del álbum que se llama “PERRA AVENTURERA”. Yo tengo toda en la cartera (en Argentina le decimos cartera al bolso), entonces literal soy una perra aventurera. Jugamos mucho con eso porque nos daba mucha gracia. Igual, yo llevo un bolsito mini y tengo quinientas mil cosas adentro.
SIMONA: Siento que es un álbum que me abrió a un público distinto. Quizás antes estaba más ligado al club, a la fiesta, pero este año ha sido cuando más he tocado afuera: no solo en España, también en París, Suiza, mañana tocamos en una radio de Marsella, en Bruselas… Me han bookeado más para fiestas y contextos de electrónica.
Si bien ESFERA DE AMOR tenía un coqueteo con el club, este disco es re clubero: BPM súper altos, un sonido más distorsionado. Siento que es para valientes. No es como mi otra música que quizá te puedes poner mientras cocinas. Aun así, hay gente que escuchaba ESFERA DE AMOR y le re gusta este disco, o quienes escuchaban MIMO y también lo aman. Pero sí, me ha abierto a otros espacios y otros públicos.
SIMONA: Siento que es la primera vez en la historia que, para muchas mujeres, ser “puta” ya no es un insulto, y eso a nivel artístico está buenísimo. Nos estamos reapropiando de algo que durante mucho tiempo nos dio vergüenza. Es súper contrastante porque, por ejemplo, tenés a Rosalía sacando un disco religioso, pero también hay exponentes increíbles. Obvio están los íconos como Madonna, que nos enseñó todo hace mil años, pero ahora veo artistas como Tokischa, que les chupa todo un huevo.
Siento que la música hecha por mujeres está en un punto en el que hacemos música para nosotras, no para los hombres. Hablamos en nuestro lenguaje, con nuestros códigos, para un público de chicas y de gays. Por lo menos en lo que a mí me compete y en lo que escucho cada vez más.
SIMONA: Va a ser una fecha súper especial. Solo he ido una vez a Ciudad de México y me recibieron con muchísimo amor. De los shows más lindos de mi vida.
Estoy preparando algo a la carta: le pregunté a mis fans de allá qué querían escuchar, y quiero que sea mágico. Que esté romántico, pero re puta; re emocional; que haya un poco de todo: para llorar, bailar, emocionarse, ponerse sexy… Me gusta eso, lo ecléctico, porque así somos las mujeres también: podemos habitar todos esos espacios sin tener que privarnos de nada por ser cambiantes o cíclicas, o whatever.
No te pierdas a SIMONA este 11 de diciembre en Foro Indie Rocks!