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20/Oct/2025
Después de más de una década redefiniendo los límites del pop etéreo, el dúo canadiense regresa con un álbum homónimo que marca una nueva etapa: más vasto, más luminoso y profundamente introspectivo.
Han pasado más de 10 años desde que Shrines nos introdujo al universo onírico de Purity Ring. Desde entonces, Megan James y Corin Roddick han mantenido un diálogo constante entre lo físico y lo intangible, entre lo digital y lo emocional. Con su nuevo álbum Purity Ring, el proyecto se reinventa: una obra que mira hacia los orígenes mientras expande su sonido hacia un territorio de mantras, mundos RPG y melodías que suenan como conjuros. En conversación con Indie Rocks!, el dúo reflexiona sobre este nuevo capítulo, su forma de componer y la importancia de crear sin prisa en un mundo saturado de inmediatez.
Purity Ring: Gracias. Sí, fue una decisión muy pensada. Es algo que solo puedes hacer una vez en tu carrera —bueno, quizá podríamos sacar Purity Ring 2 algún día—, pero tener un disco con el nombre de la banda se sintió correcto. Hacer este álbum fue refrescante, como un nuevo comienzo, algo que no habíamos sentido desde el primero. Por eso tenía sentido subrayarlo con ese nombre.
Purity Ring: Nunca empezamos un álbum con una idea definida; más bien esa idea se revela sola con el tiempo. Generalmente pasamos meses sin trabajar juntos, así que cuando volvemos a hacerlo, hay una etapa de experimentación hasta que encontramos una dirección. En este caso, las primeras canciones ya traían un concepto muy claro, casi como si el álbum se hubiera presentado ante nosotros desde el inicio.
Purity Ring: Decidimos eso casi al final, cuando empezamos a secuenciar el disco. Esa canción tenía sentido como punto de entrada porque es el centro del álbum, fue de las últimas que escribimos y de alguna manera resume todo lo que ya estaba en el aire. Es como el tema principal, una especie de introducción al viaje completo.
Purity Ring: Esa canción tuvo muchas transformaciones. Existe gracias a la comodidad que hoy sentimos con la composición. Vemos nuestras canciones como piezas que podrían tocarse en un piano o guitarra, en su forma más desnuda. En ese sentido, “I’m an Ocean” refleja lo que somos como compositores, y aunque el disco es muy amplio, todo encaja naturalmente dentro de ese universo.
Purity Ring: Tiene que ver con algo que siempre estuvo debajo de la superficie. Crecimos con videojuegos y con la música de esos mundos. Las bandas sonoras de los RPG son increíblemente diversas e inspiradoras. Al comenzar este disco, las primeras canciones tenían esa sensación, y decidimos sumergirnos por completo. Fue una fuente de inspiración muy rica, con muchas texturas y paisajes sonoros distintos.
Purity Ring: Nos encanta esa canción porque se siente meditativa. Nunca la habíamos pensado como un mantra, pero sí lo es, una especie de oración o hechizo. Todo el disco trata de imaginar un mundo mejor, de soñar con algo posible y hacerlo real. Es como en los juegos: estás construyendo, luchando con tus aliados, creando algo que vale la pena.
Purity Ring: Este disco se siente nuevo precisamente porque es distinto a todo lo que hemos hecho. No tenemos un sistema fijo para escribir; hacemos pocas canciones y tomamos nuestro tiempo, y eso evita que nos agotemos o repitamos fórmulas. Cada vez que componemos, se abren nuevas puertas. Hacer música sigue siendo un proceso infinito y hermoso.
Purity Ring: Justo por eso. Vivimos rodeados de demandas constantes. El simple hecho de estar conectados al internet ya se siente como una exigencia. Pero nos gusta pensar en los discos como obras completas, no como fragmentos. Somos una banda de álbumes. Hacer música lleva su tiempo, y ese tiempo es sagrado.
Purity Ring: Antes no hacíamos tantas colaboraciones, pero desde que empezamos a hacerlo, notamos lo refrescante que puede ser. Aprendes mucho del proceso de otros y te saca de tu zona de confort. Definitivamente queremos hacer más en el futuro.
Purity Ring: Es bastante grande. En vivo buscamos crear una experiencia visual que transporte al público al mundo que el disco sugiere. Hologramas, paisajes, proyecciones… todo está pensado para que lo que la gente imagina al escuchar el disco se vuelva tangible. Queremos que sea una experiencia total.
Purity Ring: Este álbum es un lugar. De hecho, todos los nuestros lo son. Es una serie de mundos conectados: cuevas, campos abiertos, acantilados, océanos. Un recorrido sonoro a través de esos paisajes.
Purity Ring: “Obedear”, de Shrines. Y si hablamos del nuevo álbum, diríamos que empiecen por los sencillos… pero mejor aún, escúchenlo desde el principio.
Purity Ring: Físico, etéreo y soñador.
O quizá… agua, tacto y aire.