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19/Sep/2025
No Music for Genocide es una iniciativa de destacadas bandas independientes como J Lenderman, King Krule, Arca, MIKE y Yaeji, entre muchas otras. Estos artistas se han unido para retirar su música de Spotify, la plataforma de streaming más escuchada a nivel mundial.
Más de 400 celebridades y sellos discográficos internacionales, incluyendo a artistas como Fontaines D.C., Massive Attack, Kelela, Japanese Breakfast, Faye Webster y Rina Sawayama, están impulsando una campaña para bloquear la transmisión de música en Israel. Este movimiento busca generar presión política ante el conflicto entre Israel y Palestina.
Los participantes exigen el cese inmediato de las transmisiones musicales en Israel, manifestando su rechazo a la limpieza étnica en Cisjordania, la segregación racial en Israel, el genocidio en Gaza y la represión de la ayuda pro-Palestina. Además, expresan su descontento por las importantes inversiones militares del CEO de Spotify, Daniel Ek.
La cultura no puede detener las bombas por sí sola, pero puede ayudar a rechazar la represión política, a cambiar la opinión pública hacia la justicia y a rechazar el lavado de imagen artística y la normalización de cualquier empresa o nación que cometa crímenes de lesa humanidad. Esta iniciativa forma parte de un movimiento mundial para erosionar el apoyo que Israel necesita para continuar su genocidio", se lee en un comunicado de prensa.
Otros artistas que se han unido a la causa incluyen a Ana Tijoux, Annahstasia, Amyl and the Sniffers, Nadah El Shazly, Ben Howard, Fat Tony, Mannequin Pussy, Liv.e, Mø, Mechatok, Redveil, Horsegiirl, Chanel Beads, Nick León y Escho, entre muchos más. Sellos discográficos como Bayonet Records (Brooklyn), 10K y Pan Records (Escocia) también han expresado su apoyo.
La causa ha evolucionado a lo largo de los años. Desde 2022, los tres sellos discográficos retiraron sus catálogos de varios servicios de streaming en Rusia. Spotify cerró por completo en Rusia. Posteriormente, Sony Music Entertainment retiró su catálogo occidental de todas las plataformas en Rusia, lo que generó una innegable presión política. Actualmente, con el conflicto de Israel, No Music for Genocide se ha convertido en la protesta más grande dentro de la industria musical.