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Entrevista con Bifannah

Entrevista con Bifannah

12/Jul/2019

Moody garage, psicodelia y letras en portugués: una guía para resurgir cincuenta años después.

Reproduces la canción. Cierras tus ojos y en cuestión de segundos dejas de estar rodeado del caos que envuelve a la ciudad. El sonido, con tintes psicodélicos y característicos del moody garage, reafirma la fantasía. Sientes la arena colarse entre tus sandalias, un calor tropical comienza a adherirse a ti y en ese momento no puedes resistirlo más. Tu cuerpo comienza a bailar al compás.

Todo comenzó en 2015, específicamente en las tierras cosmopolitas de Barcelona, España. Antía Figueiras, Antón Martínez y Guillermo Zapata fueron quienes dieron el primer paso. Y aproximadamente un año después, junto con el lanzamiento de su primer EP, Pablo Valladares se unió para consolidar lo que hoy conocemos como Bifannah.

Garage, tropicalismo, psicodelia y letras en portugués. Esos son los adjetivos que vienen a mi mente cuando pienso en el cuarteto español. La tropicalia brasileña de la década de los 60 resurgió 50 años después en la agrupación.

Sería difícil definir la esencia acústica de Bifannah. Sin embargo, uno de los recursos sonoros más destacables es el hacer de la voz un instrumento. Al interpretar en portugués, Guillermo es el encargado de marcar la base melódica en cada sencillo. Su voz encamina a los demás elementos para así consolidar cada uno de sus temas.

“A nivel de sonoridad nos abrió muchísimos caminos. Lo que empezó como un ‘vamos a cantar en portugués porque podemos’, resultó en melodías que salieron de la voz. En consecuencia, empezamos a escuchar más música y a experimentar con los distintos gustos que cada uno tiene. Usando el portugués como la guía que unifica todo y le da cobijo a las actitudes de cada uno”, comenta Antón.

Solo 236,5 millones de personas hablan portugués en todo el mundo, yo no soy una de ellas. Sin embargo, algo mágico pasa cuando escuchas a Bifannah. La melodía y la voz se vuelven una sola. El ritmo que emana de cada sencillo supera cualquier barrera idiomática y en cuestión de segundos, conectas con la canción. 

Hace unos meses, la agrupación española visitó, por primera vez, nuestras tierras mexicanas. Dieron cinco presentaciones y tal fue la recepción del público, que quedaron encantados. “Brutal”. Ese fue el adjetivo que Antía repetía cada vez que se refería a esta pequeña gira que trajo consigo una ola de tropicalia lisérgica. 

 

Fue en 2017, cuando Bifannah nos presentó su álbum debut de larga duración: Maresia. Y este año podremos escuchar un nuevo material discográfico por parte del cuarteto. Danças Líquidas es el nombre de este disco que no solo representa, sino que nos muestra, una evolución sonora como agrupación. “Es un salto más allá para la banda. Hay un sonido más personal que se va a poder notar en este segundo álbum. Además de un crecimiento y asentamiento para saber cuál es nuestro sello, nuestra identidad”, añade Antía.

Muchas cosas cambiaron de Maresia (2017) a Danças Líquidas. Desde la incorporación de nuevos instrumentos, hasta las dinámicas de producción que ya tenía la agrupación. La idea era no limitarse y si se tenía algo en mente, trabajarlo hasta lograrlo. Frank Maston —músico y compositor estadounidense— es el productor de este material. Y fue quien guió esta evolución sonora que tuvo el cuarteto español. “El tener a una persona externa, te quita peso. Tú simplemente te centras en decidir si esto funciona o si esto te gusta. Tenía los oídos más descansados a la hora de tomar decisiones”, nos compartió Antón.

Danças Líquidas saldrá a la luz en el próximo mes de septiembre. “Capri” el primer adelanto de este material discográfico. Que por si aún no lo has escuchado, aquí te presentamos.

En poco tiempo, Bifannah ha logrado consolidar un estilo propio influenciado por la tropicalia de los años 60. De cada una de sus composiciones emanan tintes de garage y psicodelia. Mientras que la voz y el recurso del idioma, se encargan de hilar cada nota. Así, el cuarteto nos enseña a resurgir un género 50 años después.