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Bitácora: Descartes a Kant en Centroamérica Pt. 4

Bitácora: Descartes a Kant en Centroamérica Pt. 4

29/May/2014

Panamá

Es un país que me gustó mucho arquitectónicamente (los edificios altos) pero justo al lado de ellos podías ver casas de madera o cartón muy desgastadas, colonias pobres, justo al lado de esos monstruos, un contraste que siempre encuentro peculiar. Llegamos la semana de su festival de cine, así que podías encontrarte con pantallas proyectando películas en parques al aire libre. Arturo Ripstein fue el invitado de honor de este año, así que pudimos apreciar de paso una película panameña que estaban proyectando, también pudimos disfrutar del Casco Viejo, el barrio antiguo predilecto para la vida nocturna.

El público fue muy agradable, casi en su mayoría músicos y amigos de éstos, siempre da un poco de expectativa ver como reciben a una banda tan visceral como DAK, ya que a veces la gente no está acostumbrada a escuchar música como la nuestra. El último día lo dedicamos a El Canal de Panamá. Fue hermoso fue entrar al museo, empaparse más de la historia de este país, ver cómo funcionan las “esclusas”, maravillas de ingeniería de este Canal. Asombrados observábamos como cruzaba un buque gigantesco por el estrecho canal, ayudado de pequeños botes “terrestres” para que no golpeara en las orillas de éste, todo un espectáculo.

Costa Rica

Este país me pareció bastante peculiar; a su gente la encontré muy alivianada, más rockera que en Panamá, claro, siguen teniendo su corazoncito caribeño pero están más acostumbrados al metal y rock pesado que en los demás países de la gira. Nuestros “guías” fueron los de la banda Akasha, quienes nos ayudaron con nuestro equipo, proporcionaron amplis, batería, nos llevaron por la ciudad de noche y a un festival gratuito, donde pudimos disfrutar de una banda de música tradicional de Corea, excelente show con baile, cantos e interacción con el público.

Al día siguiente tocamos en un lugar maravilloso llamado Jazz Café Escazu, una bodega enorme, fachada muy colorida, dedicada al Jazz, con bustos de músicos como Louis Armstrong, Benny Goodman, Miles Davis, etc. Tuvimos un excelente show que culminó con un slam maravilloso.

Nicaragua

Después de viajar varias horas en autobús y de enfrentarnos a un personal de aduana y migración inepto, llegamos a la central de Managua, donde nos recibió el promotor Chema Reyes con las noticias siguientes: “hubo un temblor de 6.5 grados, se cancela el show, existe alerta amarilla, en el venue se fue la luz y la gente, claro está, no está saliendo de sus hogares”.

Además, tuvimos que viajar a El Salvador en tres equipos, ya que debido al temblor y las festividades cercanas de la semana santa, no había camiones con lugares disponibles para siete personas.

Dos amigos de Chema, nuestro anfitrión, nos hicieron el grandísimo favor de transportarnos a la frontera de Honduras. Llegamos exactamente a las 3:30 AM a “una de las fronteras de Nicaragua con Honduras”. Pregunté: “¿Nos bajamos del coche?” Y nuestros nuevos amigos contestaron: “¡No!, Iremos a buscar al siguiente ‘contacto’, que trae una camioneta que los trasportará a Tegucigalpa, donde sale el camión, a las 6:30 AM, que los llevara hasta San Salvador”.

Inmediatamente salieron corriendo a buscarlo, una hora después regresaron, sudorosos, notoriamente preocupados, casi gritando: “¡Hay que bajar sus cosas!” Lo hicimos rápidamente y corriendo hacia migración para hacer el pago correspondiente de los impuestos por cruzar la frontera. Nuestros nuevos amigos salieron de nuevo corriendo en búsqueda de nuestro siguiente contacto, después de unos minutos, con billete en mano, a punto de pagar impuestos, regresaron gritando y haciendo señas desde lejos, lo cual significaba esto: se habían equivocado de frontera, sería en otra donde nos recogerían…

Tomamos nuestras cosas, le arrebaté al agente de migración el billete, salimos corriendo hacia el coche, subimos todo y arrancamos hacia la siguiente frontera, que estaba a dos horas y media de distancia y ya eran las 4:30 AM. Manejaron entre estrechas curvas a 120 millas por hora, el camino fue eterno, no dábamos con la siguiente frontera a pesar de preguntar a cada persona que encontrábamos en los pueblos aledaños. Llegamos a las 6:30. Al otro lado de la frontera estaba el chofer que muy amablemente nos esperó horas durmiendo en la camioneta para poder recogernos, por fin nos dirigíamos a Tegucigalpa.

Nos recibió Mauricio, el primo de Chema, quien se comprometió a que nos llevaría el chofer con todo y camioneta hasta la frontera de El Salvador; llegamos a las 5:30 pm a nuestro destino, gracias a nuestro chofer estrella.

Tomamos un coche a las 7:30 pm que nos llevaría a San Salvador que estaba a 3 hrs y media de distancia, manejaron de nuevo a 100/140 millas por hora a través de estrechas curvas llenas de trailers, hasta San Salvador.

El Salvador

Por fin, cerca de las 11:00 PM llegamos al lugar donde tocaríamos esa noche en  San Salvador, donde Dafne, Andrés y Memo nos recibieron con abrazos y besos, parecía que nos habíamos separado por años. También nos recibieron con la noticia que el tercer equipo, conformado por Sandra y Cristy, se había retrasado unas horas, ya que su camión se descompuso.

Cerca de las 2:00 AM, ya con linecheck y el equipo montado, Sandra y Cristy llegaron para inmediatamente tocar y milagrosamente salió un show donde se mezcló cansancio, tensión, nervios, horas sin dormir y preocupación por los demás miembros de la banda… pero como le dije a un militar salvadoreño que nos detuvo en un retén: es amor al arte.

Guatemala (la última frontera)

Lo poco que vimos parecía una ciudad donde se le permitía al artista graffitero llenar las calles con su arte, lo que me pareció colorido y diferente en comparación a los demás países (aunque recuerdo que también en Costa vimos unos maravillosos graffitis en el centro de la ciudad).

La peculiaridad del show de ese día fue que lo hicimos en una casa con un jardín enorme cuyos dueños eran una familia (padres rockeros amantes de Rush y Supertramp con hijos DJs admiradores de la música y el arte). Aquí compartimos escenario con varias bandas pero particularmente recuerdo una, que tocó después de nosotros: Cocktail. Muy buena, me recordó por momentos a Matisyahu, todos eran excelentes músicos, pero especialmente te quedabas con el vocalista. ¿Por qué? Porque es muy raro encontrar un vocalista hombre con buena voz, presencia, actitud, letras y flow (por cierto, su nuevo disco es producido por el séptimo DAK: Gerry Rosado).

México:

Asi es muchachitos, terminamos nuestro viaje, llevándonos experiencias, acentos Sudamericanos, nervios, gente maravillosa, buenas bandas, cultura, grafittis, buena comida, aduanas, migraciones, y si me preguntan, ¿con qué te quedaste de esta gira? La respuesta es: no estamos solos, hay gente en peores y mejores condiciones que nosotros, pero todos  tenemos el mismo fin:

EL AMOR AL ARTE.

Aquí la Pt. 5

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