Existen conciertos que la gente hace. Aún en inicio de semana, noche de martes para ser precisos, el José Cuervo Salón sintió una energía digna de viernes. Los noruegos de Kakkmaddafakka regresaron a confirmar lo que sintieron la primera vez que tocaron en nuestro país. Desde aquel Vive Latino, la banda se volvió consentida.
Hace diez años, Axel y Pål Vindenes comenzaron con este proyecto que hoy circula por el mundo. Apenas hace unos meses tocaron por primera vez en México en un festival que quedó sorprendido ante el acto que presenciaba. No pasó mucho y volvieron a tocar, esta vez en el Caradura, donde agotaron los boletos para dos presentaciones.
El recinto ubicado en Moliere fue testigo del crecimiento de los noruegos. Tras una breve presentación de la banda mexicana Odisseo, uno a uno fueron saltando al escenario, irrumpiendo con una bandera que desplegaba el logo de la banda, poniendo a la gente a saltar.
Las letras provocadoras y el buen ánimo de la agrupación conquistaron al público; "Touching", "First Move" y "Self Esteem" inauguraron la fiesta. Cada que tenía oportunidad, Axel acercaba el micrófono al público para disfrutar del ensordecedor grito de respuesta, mientras que Stian Sævig lanzaba miradas a sus seguidoras al momento que tocaba los distintivos bajeos de la banda.
No es común que una agrupación incluya en su alineación a bailarines, pero Martin y Sverre Sande tomaban el centro del escenario para dar saltos de canguro y mover los brazos. La asistencia, que contaba tanto con personas arriba de 25 años como niñas acompañadas por madres de familia, saltaba entregada al espectáculo.
“Ocho meses han sido un largo tiempo, nos hace sentir muy bien estar aquí”, gritó felizmente Axel, guitarra y una de las voces del grupo. Kakkmaddafakka arriba de un escenario no es una banda ordinaria, la sincronía en su presencia escénica se debe al singular factor de la espontaneidad; como un grupo de amigos que se reúnen por el placer de tocar.
Después del sudor y los saltos, llegó la placidez. Irónicamente, para una banda enérgica en el escenario como ellos, sus discos fueron producidos por un artista más sobrio en sus presentaciones y profundo en sus letras; el miembro de los entrañables Kings Of Convenience y los extintos The Whitest Boy Alive, Erlend Øye.
Productor de Hest y Six Months is a Long Time, Erlend tomó el escenario durante el encore para interpretar sus versiones de "Saviour" y "Gangsta No More". “Cuando los chicos me mostraron esta rola, quedé muy sorprendido”, mencionó el también originario de Bergen, Noruega.
La alineación completa regresó al escenario para cerrar triunfalmente con el cover a "Bailando" de la banda noventera Paradiso, seguido de su coreado tema "Forever Alone". México se convirtió en la tierra predilecta de Kakkmaddafakka, que en cada show incrementa el fanbase que hace no mucho comenzó a cosechar.