Favoritos

Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.

88677
Wolfmother - Victorious

6

Wolfmother - Victorious
Wolfmother - Victorious

Universal Music Enterprises / 2016

Artista(s)

Wolfmother

A veces hay que fallar para volver a vencer.

Andrew Stockdale ha sido la única constante en Wolfmother desde su génesis, y a más de 10 años de distancia de su álbum debut y obra magna, aquel material homónimo de Wolfmother que nos hizo creer que había futuro para el rock 'n' roll, hace evidente que la cosecha de discos, a pesar de mantenerse, no convence del todo.

“The Love That You Give” y su riff primigenio para entender que esta nueva mutación de la banda aún goza de cabal salud; “Victorious” para dar título al nuevo testimonio sonoro y recordarnos los viejos tiempos de bromistas y ladrones; “Baroness” para experimentar los cambios de ritmo en un beat con guitarras igualmente difusas; “Pretty Peggy” como balada extraña cuyo coro podría figurarnos que hubo un error en nuestro reproductor, remitiéndonos a algún tema del último disco de Coldplay.

“City Lights” y la vuelta al camino en motocicleta cruzando el desierto, el aire que ciega y da esperanza, el tono que nos inspira, la esencia característica de la banda y su legado: insistir con los solos de antaño, la guitarra como guía astral. “The Simple Life” y su reminiscencia punk. “Best of a Bad Situation” para descender de nuevo a la vereda de lo comercial. Tal vez la búsqueda de nuevos horizontes lleve a Andrew a bajar el ritmo, a aumentar los aplausos y las coplas: es difícil mantenerse en el panorama musical, hay que reinventarse aunque no les apetezca a los fans (los fieles seguidores encontrarán en cada disco sus piezas fundamentales). En “Gypsy Caravan” el tope creativo de este material que ha puesto en jaque la labor creativa de la banda. Ha pasado tanto tiempo desde ese gran debut, y se espera que el cauce sea constante.

“Happy Face” y ese tono de bajo distorsionado para llamar de nuevo a la calma; “Eye of the Beholder” como otra alegre explosión del estrellado huevo cósmico, sentimientos encontrados, conclusiones rotas, palabras que al final resultarán insípidas como algunos parajes de este disco que no termina por ser salvaje como los primeros aullidos de esta banda de un hombre que no deja de rendirse.