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Arctic Monkeys — Tranquility Base Hotel & Casino

9

Arctic Monkeys
Tranquility Base Hotel & Casino

Domino Records / 2018

Artista(s)

Arctic Monkeys

Ground Control to Major Turner…?

El viaje de Alex Turner como superastro del rock ahora lo lleva a la luna (casi) literalmente. En el mar de la tranquilidad del satélite natural de la tierra, se instala en el Tranquility Base Hotel & Casino (Tranquility Base fue donde dio sus primeros pasos sobre la luna Neil Armstrong), y recuenta sus últimas experiencias como rockstar, cigarro y whiskey en mano, con meseras en lentejuela, en un ambiente medio lounge (en el buen sentido, no covers de Pink Floyd reinterpretados en bossa nova).

Tranquility Base Hotel & Casino puede ser el álbum más polémico de Arctic Monkeys a la fecha, se siente como un esfuerzo solista de Turner, sin muchos altibajos y con el cantante deleitándose en escuchar su propio barítono sin expandir demasiado el rango vocal. Pero después de escucharlo varias veces, uno puede encontrar un álbum cohesivo, con la instrumentación más variada y deliciosamente precisa que jamás se haya escuchado en un álbum de la banda. Las letras de Turner son elocuentes y fluyen de su mente cual arroyo psicodélico (muy al estilo de los mejores trabajos de su ídolo lírico Lennon), algunas ridículas, pero graciosas, quién más podría entonar románticamente “cheeeeeeseebuuuurgerrr”? Sin embargo, desde la primera escucha, las palabras se van aglomerando frente a ti formando un rompecabezas con la temática en torno a: la ciencia ficción, la space age, el modernismo americano de mitad de siglo XX, romances de buen gusto, las redes sociales como malestar contemporáneo, y en general, veneración hacia una época pasada.

Tranquility Base es único en el sentido que es el primer álbum de Arctic Monkeys compuesto en su totalidad en el piano, un Steinway que Turner tiene en su hogar de L.A. Esto explica las canciones amansadas, pero podrás escuchar algo de glam y ópera rock asomándose por las orillas, estilo Queen, Elton John, Pink Floyd de mediados de los 70, Led Zeppelin, algo de Sabbath en los riffs, y mucho, pero mucho Bowie pre-trilogía de Berlín.

La prensa británica, típica en exagerar cualquier trabajo de Arctic Monkeys (ya los querían canonizar por él álbum debut Whatever People Say I Am, That's What I'm Not, los querían patear por la excursión brit pop que fue Suck It And See, y nuevamente los querían volver santos por AM) ya anda diciendo que este es un álbum “difícil de escuchar”; ¡mangos que!, tampoco es algo como Trout Mask Replica de Captain Beefheart, y no se necesitan muchas repasadas a este disco para recibir buenos momentos como la bella tensión en la rola homónima “Tranquility Base Hotel & Casino”, como la juguetona “One Point Perspective” se junta con la dramática “American Sports” y los coritos tipo Eagles en el outro de “Four Stars out of Five”.

Las guitarras son excepcionales en todo este trabajo, por ejemplo “Science Fiction”: guitarras acústicas, una eléctrica rítmica, un requinto distorsionado y un slide (aunque me gustaría pensar que es realmente un theremín), se mezclan con un piano para darle mucha textura a una composición mediana. En guitarras se rifaron Jamie Cook (la mayoría de los slides en el álbum), el productor James Ford y Turner; este último acaparó muchos instrumentos, de algunas partes de batería, a bajo, guitarras, piano y sintetizadores; eso no habla muy bien de la posible larga continuidad de la banda, pero esa es otra historia.

Encontrarás un hilo temático durante el álbum, es inútil enumerar todas las pistas, sobre el personaje en la luna, parte performer, parte taquero (no es broma), que dice “solo quería ser uno de The Strokes, ahora vean a que desmadre me llevaron” (textualmente, eso canta en la primera letra del álbum). Deambula los lounge del Mar de la Tranquilidad medio pedo, recordando sus momentos en la tierra antes del éxodo. Si le echas muchas ganas a encontrar la virgen en la tortilla, podrás llamar Tranquility Base un álbum *voz baja* conceptual, pero unificado con mano ligera, tipo Sgt. Pepper’s y OK Computer, tampoco es un disco de Pete Townshend. Holístico, maduro, de atractivo clásico y sublime, Tranquility Base Casino & Hotel es un triunfo redondo para los morritos lunáticos de Sheffield.