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Entrevista con Steven Wilson

Entrevista con Steven Wilson

Hasta los huesos: un viaje por el alma de Steven Wilson.

Recuerdo estar en un El Plaza Condesa repleto, extasiado y vibrante, rodeada de personas que dejaron en mi vida un olor a mar y rosas, a un Steven Wilson humano, sonriente y avezado interpretando magistralmente cada una de sus obras en el escenario y las sensaciones que se produjeron en todos. Aún tengo ese nudo en la garganta al revivir ese momento.

Tengo que ser honesta, fui porque me llevaron, porque no me gusta cerrarme a nuevas experiencias auditivas, pero no tenía expectativas —lo que escuché anteriormente a través de los audífonos no me había enamorado—. Esa noche de marzo, en unos de los mejores conciertos de mi vida, caí rendida ante “Hand. Cannot. Erase.” —con la voz de Ninet Tayeb—, ante “Routine”, “Drive Home”, “The Raven That Refused to Sing” y las muchas canciones de Porcupine Tree que interpretó. Me maravilló la gran producción y audiovisuales, las emociones que me produjo, lo viva que me hizo sentir y por primera vez entendí la magia de aquel hombre que vino al mundo a hacernos escuchar mejor y así empezó la historia de Steven en mi vida.

Hoy, después de vivir mi vida acompañada de su música, estoy en espera del lanzamiento de su nuevo álbum, To The Bone, el 18 de agosto, y hace algunos días tuve la oportunidad de platicar con él acerca de este material y nos contó los detalles.

"To the Bone es un álbum un poco diferente en comparación con el anterior Hand. Cannot. Erase., este disco está más enfocado en la composición de las canciones e introduzco (al que lo escucha) a mi mundo particular de música. Letras obscuras e intensas hablan acerca de terrorismo, refugiados, fundamentalistas religiosos, políticos y noticias falsas. Creo que es importante hablar acerca del planeta en el que vivimos y los problemas que el mundo enfrenta. Es un disco mucho más aceptable y sofisticado, o espero que así sea”, comentó Steven apasionado e inmerso en su obra.

Y es que a pesar de ser un disco que toca fibras sensibles en el corazón humano al hablar del “caos paranoico de la era actual”, musicalmente Steven nos abre las puertas más profundas de su alma y nos regala una recopilación “inspirada en las ambiciosas grabaciones de pop progresivo que amaba en su juventud” como So de Peter Gabriel, Hounds of Love de Kate Bush, Colour of Spring de Talk Talk y Seed of Love de Tears for Fears (mi banda y disco favorito de los 80 por cierto).

“Traté de encontrar algo diferente de lo que había hecho anteriormente. El proceso creativo empezó básicamente observando que había hecho anteriormente y cuál era el siguiente paso para mí, cuál era el tipo de material que seguía, qué no había abarcado anteriormente. En esencia traté de evolucionar, hacer cosas diferentes y creo que es importante para mis fans ya que ellos no esperan más de lo mismo, tiene que haber una sensación de evolución y desarrollo (…) En muchos aspectos este álbum se acerca más al lado conceptual de mi trabajo, el lado más técnico, y está totalmente enfocado en escribir buenas canciones”, dijo el músico inglés que se ha caracterizado por romper esquemas y jugar con los elementos de la música a su antojo.

Todo el disco por si solo es novedad, y la portada no se queda atrás. El rostro de Steven es el protagonista de la escena cubierto de tonalidades en contraste de azul y rojo, y corona con un título muy interesante. “Para mí el título es un tipo de reconocimiento de dos cosas: (…) vivimos en un mundo con dificultades y a veces debemos de reconocer qué es verdad, qué es realidad y poder diferenciar la verdad de mierda, mientras que la otra parte del álbum está enfocado en la composición, y la portada es una extensión de esto. Este es el primer álbum que me presenta al frente, este álbum es solamente yo escribiendo buenas canciones (…) El rojo y azul son colores fuertes y pienso que la portada es una representación de la imagen icónica de un buen disco”, respondió Steven ante el cuestionamiento del arte y diseño del disco.

La conversación continuó sin pausas, concreta, directa, llena de misterios desentrañados, no quería perder ni un segundo. ¿Cuál es tu canción favorita de To the Bone?, pregunté. “Estoy orgulloso de todas las canciones, pero en especial lo estoy de “Permanating” porque es muy diferente, porque es una pieza de pop alegre inspirada en mi amor por ABBA”. Y es muy cierto, esta canción es un homenaje viviente a "Mamma Mia", del grupo sueco de los 70 con su ritmo pegajoso y alegre.

Steven nació en el año de 1967 y desde su infancia estuvo rodeado del sonido de las bandas más icónicas de la época, las cuales se convirtieron en su inspiración para crear nuevos sonidos y estar constantemente saliendo de su zona de confort para enfrentar el reto de hacer algo más grande y totalmente diferente. Así fue con To The Bone.

Steven platicó que fue algo muy interesante la grabación porque en este álbum volvió a tocar las guitarras, y es muy complicado hacer muchos roles al mismo tiempo y tener el control, pero que por otro lado disfrutó mucho hacerlo y que tenía mucho que no lo experimentaba. “Fue muy divertido redescubrir a mis ídolos de guitarra dentro de mí”, mencionó emocionado.

El disco cuenta con varias colaboraciones en voz e instrumentos que al mezclarse logran una fusión exquisita llena de matices que penetran el alma de quién sabe escuchar con atención. “Soy muy afortunado de tener colaboradores increíbles en este álbum. Mencionaste la canción “Pariah” (sí, le dije que amaba “Pariah”, sorry not sorry), y este es un dueto con la increíble cantante Ninet Tayeb. También hay otra canción llamada “Song Of I” en la que hago dueto con Sophie Hunger. Amo trabajar con estas increíbles voces y es muy especial para mí”, dijo Steven con alegría.

Después de desentrañar los secretos de su nuevo material, le pregunté sobre el significado que México tiene para él, y es fantástico saber que ama a este país por su gente que “vive cada día como si fuera el último”, y que para él es maravilloso poder llegar a un país con tanta pasión que inspira.

El tiempo perdió color, luz y forma. Para finalizar con la entrevista le pregunté acerca de la escena y el futuro rock progresivo, el género al que se supone que su música pertenece. Su respuesta fue sabiduría pura, conocimiento que vale oro para todos y cada uno de los melómanos que habitan este planeta. “No quiero que suene grosero de ninguna manera, pero no me importa. No estoy interesado en ser un músico que se asocie con un solo género de rock, nunca me he asociado con ser ese tipo de músico. Crecí en una casa donde mis padres escuchaban ABBA, al igual que Pink Floyd, y no veo ninguna diferencia entre las dos bandas, ambas son mágicas. Yo nunca he entendido el concepto de dividir la música en géneros porque a mí solo me gusta la música, y me gusta escuchar buena música, sin importar que se considere rock progresivo, hip hop, metal, pop, jazz, folk, o lo que sea, solamente es buena música (…) Lo más importante para mí es que en el futuro haya buena música”, puntualizó un Steven, sabio, pasional y entregado con su misión en el mundo, lo cual me hizo pensar mucho.

Los que amamos la música solemos ponernos títulos para defender a capa y espada nuestro reino, pero al final yo no soy solamente metalera, yo no amo tanto la música para enfrascarme en un solo estereotipo de “metalera”. Yo soy amante de la buena música que me hace temblar, llorar y brincar; amo la música como es y ella me ama a mí, así que no necesitamos etiquetas, solamente debemos de escuchar y dejar que la melodía nos penetre hasta los huesos para vivir.