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#CircuitoIndio: Silverio en el Foro Indie Rocks!

#CircuitoIndio: Silverio en el Foro Indie Rocks!

Fernando Bastarrachea
Edwin López

Edwin
López

17/Ago/2017

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Ambiente

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Foro Indie Rocks!

El circo de los horrores con Silverio.

Existen conciertos que ya se han vuelto casi experiencias obligatorias para los mexicanos. Están los recitales magnánimos de U2, las visitas monumentales de Paul McCartney y Roger Waters, el check-in anual de Placebo (aunque no estén promocionando nada) y el frenesí de baile y gozadera que traen Los Fabulosos Cadillacs, por mencionar algunos. Y luego está Silverio.

Su "Majestad Imperial" ya ha formado un considerable culto en torno a su repertorio musical, iconografía y, por supuesto, sus shows en vivo. Estamos hablando de muestras de inmundicia gratuita, de música primitiva, de exhibicionismo grotesco, de vanidad a veces injustificada y de la bestialidad de un público que se rinde a sus pies para explotar, vitorear, abuchear y desquitar el costo del boleto, el estrés mundano o el ansia de pistear. Todo esto puede ser reminiscente a los espectáculos de gladiadores o las ejecuciones de la Santa Inquisición, donde el respetable pedía sangre y los verdugos obedecían. Hoy el verdugo se presenta ataviado con peluca y un traje de lentejuelas, para luego desecharlo y quedar en tanga roja (si tenemos suerte) por el resto del espectáculo.

Ayer la devoción a "Su Majestad" llegó a tal grado que sus súbditos parecieron hacer caso omiso de las casi dos horas de retraso del show. Quizás todo era parte de la arrogancia o egocentrismo del concepto, pero era un día laboral y la gran mayoría de los asistentes pedían un inicio puntual para despedazarse y poder contar con un poco de tiempo para descansar y llegar frescos a la mañana siguiente. Este no fue el caso. Tampoco ayudó que el recinto no estuviera a su máxima capacidad, probablemente por las razones que previamente mencioné. Sin embargo, en punto de las 23:10 H, el foro se tornó oscuro, el humo salía de manera operática y el músico salió al escenario para impartir cátedra de obscenidad, como es su costumbre. El circo de los horrores estaba a punto de comenzar.

Después de su característica bienvenida con improperios y el apelativo con el que se refiere afectuosamente a sus fans, “aborígenes”, el show dio inicio con “Yepa Yepa Yepa”, su himno triunfal y canción característica. Le siguieron otros clásicos como “XXX”, “El baile del diablo”, “Pulgoso mix” y “Gorila”, en donde hizo muestra de sus dudosas aptitudes de baile, su maestría con equipo electrónico de antaño y, por supuesto, sus “baños de pueblo”, que consisten en salpicones de cerveza, o bien, escupitajos.

A la mitad de su set sufrió una falla técnica en uno de sus equipos, misma que aprovechó para crear una situación cómica de respuesta con el público, al burlarse del desempeño de los pobres técnicos que intentaban desesperadamente solucionar el problema. Me gustaría creer que saben a lo que se atienen con un show de Silverio. "Su Majestad" también quiso hacerla de casamentero para un miembro de la audiencia rabioso y una jovencita que, sin deberla ni temerla, quedó embarrada en la broma. Pero el furor mayor vino cuando el oriundo de Chimpancingo, Guerrero desafió a otro asistente entre el público para que subiera al escenario y operara sus máquinas por un momento, mientras “El Iluminado” bajaba a regodearse con los mortales, quienes no escatimaron en quitarle la peluca, hacerle montón o recibir aunque sea algunas malas palabras de aliento directas de él.

La segunda mitad de su set consistió en otros temas que ya se han vuelto emblemáticos, como “Perro”, “Salón de belleza”, “Bombeando en Masaryk”, “Tu Casa” y el sencillo más reciente, “Caníbal”. Para este momento el Foro se había convertido en un caldo sin fin de malta, saliva y sudor, sin importar la afluencia o los perfiles de los asistentes. Silverio complacía y despreciaba por igual, mientras se pavoneaba, golpeaba su equipo y enseñaba los contenidos dentro de su prenda íntima. Como él mismo suele decirlo, “un espectáculo para toda la familia”.

Ok, quizás el contexto de “show obligado para un mexicano” suena muy extremo, pero las anécdotas y reputación de Silverio en vivo ha alcanzado límites más allá de nuestro país, así como más allá del bien y del mal. Es un acontecimiento que rebasó los límites del underground para volverse tema de plática en los antros y bares de alcurnia, o junto a la cafetera de la oficina. Sí es algo que hay que vivir para creerlo, independientemente si no es para todos los gustos. Y, quién sabe, hasta podrías ser afortunad@ en recibir un insulto o fluido bucal de su parte.

Fernando Bastarrachea

REDACCIÓN:

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Bastarrachea

Edwin López

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