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'OK Computer' cumple 20 años

'OK Computer' cumple 20 años

Lo que seguirá rondando en nuestras cabezas.

“I am the key to the lock in your house that keeps your toys in the basement.

And if you get too far inside, you’ll only see your reflection”.

-"Climbing Up The Walls"

Tal vez no recuerdes lo que estabas haciendo el día en el que salió Ok Computer, tal vez en ese momento no estabas familiarizado con la existencia de Radiohead, pero puedo apostar que subsecuentemente alguna de las canciones que componen el disco musicalizó algún momento específico de tu vida: un rompimiento, un ataque de ansiedad, una noche etílica o un borroso momento durante alguno de sus conciertos.

Quizá leíste reseñas en las que colocaban a la banda como los nuevos Beatles, el futuro de la música, la opus magna del rock de los 90, demasiadas letras se escribieron al respecto y diferentes opiniones fueron emanando como la voz computarizada de “Fitter Happier”. El martilleo de las teclas, la crítica destructiva, pero sobre todo el profundizar en cada pieza es lo que le sigue dando valor a este material que celebra 20 años de su lanzamiento.

¿Cuántos de ustedes devoraron las paginas de The Hitchickers Guide To The Galaxy después de escuchar “Paranoid Android”?, ¿quién pensó que su ansiedad adolescente se veía perfectamente reflejada en sus progresivos cambios armónicos?, ¿Quién se dio cuenta de que esta canción no tiene un coro para recordar?. ¿Quién con dificultad intentó emular el trabajo en la guitarra de Johnny Greenwood con sus guitarras de paquete con amplificador y plumillas gratis que les regalaron en navidad?. ¿Cuántos supieron de la existencia de Noam Chomsky después de que en su mente retumbaran frases como: “ambition makes you look pretty ugly”?

¿Quién de ustedes también sintió pánico al escuchar “Exit Music (For a Film)”?, canciones como espejos donde nos reflejamos y figuramos nuestros temores primordiales: la soledad, el insomnio, la angustia por un examen de admisión, por el futuro. Este track en repeat figurándonos en un limbo. “Karma Police” para musicalizar el camino a la escuela, “Electioneering” como aliciente antes de salir al descanso en el que escucharías a lo lejos a un grupo que hojeaba una revista y respondía una trivia “trascendental”: ¿Cuál es tu Backstreet Boy favorito?. “No Surprises”, vuelves a tus audífonos y te sientes mejor por no ser igual, crees que escuchas la música correcta y que las modas terminarán, no concibes que en 20 años comprarás una edición de aniversario en línea a la par de dar like a la foto de la bebé de una vieja amiga que solía escuchar “MMMBop” una y otra vez.

“Lucky”, te has salvado de desastres aéreos, de tendencias falsas, de los éxitos del verano, de lo más hot del canal que ya no pasa videos musicales, y crees que cada día puede ser glorioso, más cuando tienes esta música inmortal para acompañarte y librarte de los peligros, las malas noticias, la ansiedad persistente, las deudas, fitter, happier, more productive, no bebas demasiado, evita el gluten, no creas todo lo que lees en línea, ignora la reunión de Hanson, no gastes de un solo golpe toda tu caja de ahorro, anda más en bicicleta, soporta a tus vecinos, suscripción premium, estrés, bitcoins, covfefe, el concierto de tu banda favorita presentado por un banco de mierda.

20 o 40 años después seguiremos siendo turistas del mundo, moviéndonos entre multitudes tratando de sobrevivir el caos como modus vivendi, el oxígeno como una de las pocas cosas por las que aún no tenemos que pagar. Pero mientras siga nuestra vida nómada, que en cada sala de espera antes de emprender el vuelo, que Ok Computer siga sonando para comprender que somos entes mutantes, que los pinchazos de la droga necesaria entran por los oídos y no por la sangre. A veces hay que acelerar el paso, pero cuando tengamos tiempo de meditar, que Radiohead siga dominando el territorio que le pertenece desde el primer día, nuestra mente dislocada que busca curarse de los malos pasos entre el hastío.