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México sucio: Plan Sexenal en el #FICM2014

México sucio: Plan Sexenal en el #FICM2014

22/Oct/2014

La ópera prima de Santiago Cendejas, Plan Sexenal, es un producto atípico y arriesgado que gracias a que fue financiado de manera independiente, respira una libertad que a veces actúa a favor y a veces en contra. La propuesta del novel director es profundamente simbólica y resuena en una crítica ácida y pesimista de la sociedad mexicana.

La cinta se plantea como un thriller atmosférico en el que el matrimonio formado por Mercedes y Juan comienza a ser acosado en su propia casa por un hombre misterioso que ronda por una ciudad llevada al límite, en la que la violencia urbana, toques de queda y represión policial son el pan de cada día.

La imagen de la película es oscura y sucia, deudora del cine alternativo americano de los ochenta. Las primeras películas de Gus van Sant o Jim Jarmusch están presentes en la cinta de 16 milímetros que corría en la cámara de Cendejas.

Igual que en el caso de estos cineastas alternativos, Santiago es un hombre orquesta que escribe, dirige, produce, edita y hasta compone la música de la película, una muy cercana al drone; atmosférica y con la textura de los sintetizadores análogos que casa perfectamente con el grano de la textura fotográfica.

La puesta en escena queda al servicio de los actores, quienes se mueven dentro y fuera de cuadro con "libertad planeada", consiguiendo un lenguaje rico en que importa tanto lo que ocurre en la pantalla como en los márgenes.

Los protagonistas, Harold Torres y Eduarda Gurrola, también navegan en esas coordenadas y se muestra con una concepción cercana a un teatro natural. Harold se desdobla en un personaje confuso, misterioso y con un punto de carisma que domina y persuade a Edwarda, quien encarna la ingenuidad, la torpeza y el conformismo que el director ve en el conjunto del pueblo de México.

La película no es fácil ni amable; está muy lejos de ser perfecta y es quizá en ese punto en el que se percibe lo más interesante. El riesgo de una propuesta poco convencional (menos aún en el caso de una ópera prima) que pone a Santiago Cendejas en la mira a futuro del cine mexicano que importa.